Terminé 2019 con varias buenas lecturas, ninguna obra gigante y bastante letra que me dejó indiferente.
Con 2020 a 15 de enero, me abstengo de presentar ya albarán alguno de libros leídos. Prefiero, si me lo permiten, compartir una porción de textos por venir en este año entrante todavía. Una nota de primeras intenciones/adquisiciones. Mal que bien, abren el camino.
Theodor Kallifatides: Otra vida por vivir.
Caroline Lamarche: La memoria del aire.
Vigdis Hjorth: La herencia.
Yuri Herrera: Diez planetas.
Idea Vilariño: Poesía completa.
Agota Kristof: La hora gris y otras obras; El monstruo y otras obras.
Marina Perezagua: Seis formas de morir en Texas.
Elisa Ferrer: Temporada de avispas.
Enrique Gavilán: Cuando ya no puedes más.
Elena Fortún: Lo que cuentan los niños.
Miguel de Unamuno: Niebla.
Fernando Colina: Sobre la locura.
Sanmao: Diarios del Sáhara.
Anne Carson: Hombres en sus horas libres.
Elena Garro: Cristales de tiempo.
Sergio Chejfec: 5.
Willa Cather: Sombras en la roca.
Alba de Céspedes: El cuaderno prohibido.
Valeria Luiselli: Desierto sonoro.
Les deseo lo que remarcó el viejo Ulises: «Soporta esto, corazón mío; cosas más duras soportaste ya».