A lo lejos vislumbro los vestigios desvaídos e inconexos
del claustro de mi impavidez,
postrimero rescoldo de plañideras sin sollozo,
estéril espiga de mi aforismo tullido,
mengua incomponible que destronada no gime.
¿Qué danza turbada cantonea apátrida
por los diluvios de mi elipse impetrante?
¿Qué obituario clandestino mis extremos acéfalos
arrepticios bosquejan?
¿Qué ménsula es la que punitiva ulcera
los basamentos de mi catecumenado evanescente?
¿Qué esquirla ulterior conminatoria me aguarda
bajo un bieldo blasfemo?
¿Qué salmodia acuciante resquebraja inmutable
mi poliedro devoto?
A lo lejos escucho la resonancia bisoña
del envite de mis membranas,
temible amaraje de una polifonía postrera,
comatosa metáfora de mi silogismo anguloso,
destemplanza sin médula que me respira insumisa.
¿Qué supresión implorante se dilata sombría
en el firmamento de mi convexidad recóndita?
¿Qué abrazo sin tiempo desampara adiestrado
mi profanación insaciable?
¿Qué respiración hambrienta a mis entrañas acecha
sin abertura en la boca?
Ainhoa M.Retenaga
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