Cuando se acaben los ruidos me quedaré hueca como una cáscara vacía
seré una sombra rebotando en las paredes limpias de tus huellas
sortearé los escollos desde las alturas como un dron que olvida los espacios
y buscaré estigmas ancestrales en las marcas de tu piel inexistente.
Cuando el silencio invada las calles partiré, desdoblada de ti, hacia la nada
haré surcos que sirvan como sementera a las palabras no escritas
voltearé campanas que repiquen a duelo por los que siempre amamos
y obtendré lágrimas de consuelo en las cuencas serenas de tus ojos grises.
Cuando el tiempo doble las esquinas descubriré nuevos horizontes
reafirmaré mi paso calcinado en las arenas movedizas de tus desiertos
vadearé las riberas de tus ríos en barcas de luz dormida sobre tus aguas
y en el ocaso aullará mi voz teñida de acentos en un canto solitario y feroz.
Maica Bermejo Miranda, del blog Luces y sombras.