El Festival Panamá Negro, una de esas maravillas que ocurren en nuestro país, ha tenido el acierto de conceder su Premio de Honor 2019 a uno de los escritores panameños que más estimo, que más releo y que siempre me tiene, línea a línea, al borde de la risa, la nostalgia y del llanto: Ernesto Endara. Y también le envidio.
Le envidio sobre todo los pantalones, los cortos y los largos, los de ida y vuelta, esas autobiografías noveladas que me habría gustado escribir o vivir, pero ya lo hizo él (las dos cosas), y me gusta volverlo a leer para encontrarme con Perusín en los veranos de verdad de la ciudad de Panamá de entonces, jugando guerrilla-bate, chupando un duro o caminando hasta el edificio Chesterfield. Seguir leyendo aquí.
Artículo publicado en el diario panameño La Prensa, el 1 de octubre de 2019.
Pie de foto: En Casa de América, Madrid, presentando "Pananá split".
Pie de foto: En Casa de América, Madrid, presentando "Pananá split".