mucho más tranquilo ahora, la verdad y últimamente, después de haber reajustado mil veces tras los años mi punto encaje, en la literatura, en el trabajo, en el amor y en las expectativas, cuando sé ya positivamente que no voy a comerme el mundo (y mira que se lo escuché decir a tantos otros ayer) y que nada es ni salió como nos dijeron que iba a ser ni ha salido, ahora sí, la verdad, ya más tranquilo... lo noto en mis pretensiones y emociones y en mi modo de orientarme y estar en la tierra, en las canas que cada vez más erizan mi piel, en las hojas que cubren ya los caminos al amanecer, y sobre todo y lo más importante, en mi nutrida colección de cicatrices... mucho más tranquilo aquí y ahora, a punto de comenzar de nuevo a vender zapatos, y la vida, pesadilla o sueño (según qué punto de encaje), que como las estaciones, va y viene, llega y se va...
Vicente Muñoz Álvarez