¿Por qué un señor como Roberto Ábrego no sabe contar? ¿Por qué titubea, pide cosas fuera del reglamento, da golpecitos al micrófono que funciona perfectamente y solicita un receso mientras otro señor hace el gesto de pedir tiempo muerto como en las canchas de baloncesto? ¿Qué imagen pretenden ofrecer de nuestra democracia con semejante actuación? Seguir leyendo el artículo aquí.
Artículo publicado en el diario La Prensa. Martes 10 de septiembre de 2019