Porque tu adiós así que pareció huida
porque te escribo y vives en el poema
porque heredé tu pragmatismo: NO
preocuparse por la incertidumbre
no pensar en lo que no tiene remedio.
O porque chilena me sostiene
me abriga y se desnuda: porque
me ha enseñado a llorar
cuando la muestro mis fantasmas.
Porque no acepto que este domingo
no estés en el cumpleaños de tu nieta.
Porque no has venido en sueños: estoy
aquí: es injusto que cargues toda la pena y
la rabia en mamá y mis hermanas. Ven
enséñame a pintar un palomar herrumbroso
de la vieja Castilla. Tomemos un Cigales y
déjame presumir por última vez ser
el hijo del rey de La Rondilla. Permite que
pague esta vez.
A pocos días de tu muerte
buscando en tus pantalones la tarjeta
de suscripción a El País, encontré dinero y
se lo di a mamá. ¿Cómo se te ocurre bajar
sin monedas para Caronte? Espero que
te haya fiado: guardo en los bolsillos
unas de más para cuando también
yo me vaya.
Pero antes tienes que venir a verme y
que se haga latente el dolor. No dejes todo
en las espaldas de mamá y mis hermanas.
Jorge M Molinero