nada como releer concienzudamente a los maestros antiguos, los que nos han formado y marcado para toda la vida, para corroborar, si en verdad son verdaderos maestros, tus pequeñas y grandes verdades: que el realismo sólo (da igual que sea sea social o sucio o moral) y por sí mismo no basta, no cunde, no llena, y la ficción sin propósito ni espíritu, o sólo como moneda de cambio, menos todavía, y la clave tiene que estar en buscar el camino intermedio, el tormento y el éxtasis, el arrebato y la náusea, lo sublime y lo sórdido, lo documental y lo etéreo, las tormentas del alma y las de la realidad a la vez, el paso, en suma, de tu noroeste.... más o menos eso me recuerda Huysmans hoy en Là-Bas... en su mismo camino me encuentro...
Vicente Muñoz Álvarez