Hay, según Rilke, otro silencio peculiar en el corazón de una estancia: el que se genera cuando los vecinos dejan de hacer ruido: "Y entonces se hizo el silencio. Un silencio como cuando cesa un dolor. Un silencio extrañamente palpable, que producía comezón, como si sanara una herida", un silencio que sorprende y que, por un momento, despierta; "no se puede describir cómo era aquel silencio: hay que haberlo vivido".
Alain Corbin, Historia del silencio