He seguido el último manual de cine de culto de Vicente Muñoz, “Películas que erizan la piel”, reencontrando films que hacía tiempo que no veía y descubriendo muchos otros que habían pasado inadvertidos o ignorados ante mi pantalla, y que he podido ver ahora y que he saboreado al máximo.
Esto ya me ocurrió con sus anteriores manuales “Películas para llevarse al infierno” (Eutelequia 2011–LcLibros 2018) y “Películas para la penumbra” (Excodra 2015–LcLibros 2018), en los que tuve la oportunidad de descubrir muchas películas de cine de autor o de Serie B o Z que, de otro modo, estoy seguro, nunca hubiera llegado a conocer.
El cine de culto es aquel que ha obtenido el beneplácito popular, más allá –en ocasiones- de la crítica y –siempre- de la taquilla. Esta aceptación, otorgada por el boca a boca de los espectadores, puede llegar a convertir a una de estas películas en una “obra maestra” con el paso del tiempo, si se dan las circunstancias adecuadas.
La razón de este “culto” viene dado, dependiendo del caso, por su transgresión, por su novedad o por su vanguardismo (avant-garde). Y de esto, Vicente Muñoz sabe un rato, como profundo cinéfilo y buceador del underground, que ya nos tiene acostumbrado a nutrirnos de deliciosas recomendaciones de filmes, a veces igual de selectos que extraños, a los que le seguimos en las redes sociales.
En “Películas que erizan la piel”, Vicente nos guía por el cine de terror y suspense a través de doscientos títulos, algunos de ellos de reconocido prestigio, y otros, sin embargo, que resultarán con toda seguridad completamente desconocidos para el lector. Y este es el gran juego de esta guía, o mejor dicho “manual para cinéfilos”, la posibilidad de recordar y revisitar grandes películas de todos los tiempos a la vez que descubrir y admirarse con obras ignoradas, recónditas o rarezas exquisitas excluidas, simplemente, del mainstream.
El Terror son, en mi recuerdo, títulos claves en el cine de género como El resplandor, Las manos de Orlac, Psicosis, Al final de la escalera, La semilla del Diablo, La matanza de Texas, ¿Qué fue de Baby Jane?, Freaks, o una de mis películas favoritas: La noche del cazador. Y a estos enormes filmes, se suman grandes maestros como Dreyer, Corman, Fisher, Cronemberg, Bava, Baladón o nuestros Jesús Franco, De la Iglesia o Ibañez Serrador.
Como ya he dicho, “Películas que erizan la piel” no es un libro de lectura sobre cine, sino que es un manual de películas de culto que nadie debe perderse, que nos debe servir como guía para posteriormente llevar esas películas a la pantalla para que nos emocionen, nos den frío o miedo, que son los estímulos que nos erizan la piel (horripilación cutánea).
Para aquellos que no conozcáis la obra de Vicente Muñoz, os invito a conocerla. Sus libros siempre contienen una reunión incesante de referentes artísticos en todas sus expresiones, desde la música, la literatura, la fotografía o el cine. Además, en cada uno de sus textos, sean novela, relato o poesía, une de manera sistemática y maestra las ensoñaciones con sensaciones, recuerdos, imaginaciones y semblanzas.
José G. Cordonié