SEDENTARISMO APLICADO: José Yebra.




EL JOVEN DESINFORMADO

julio vendía la metadona
para poder pillar caballo
no necesitaba dientes para sonreír
porque aceptaba su deterioro
como la circunstancia principal
del resto de su escasa vida

cuando aquella mañana
no pudo despertar ya más
comprendimos la paradoja
desde su inmenso "no futuro":
vivir no es obligatorio:
la avalancha de mensajes positivos
y el afán de progreso
desde el emprendimiento
son drogas mucho más duras
que la mismísima heroína

aunque bueno
reconozcámoslo:
julio fue capaz
de vencer su pavor
a las jeringuillas
porque fumar chinos
le hacía toser demasiado:
y eso si que fue para nosotros
sus amigos
un gran ejemplo de superación personal.


EL LAVAVAJILLAS Y LOS CABALLOS

el lavavajillas sufre en caliente
mientras dos caballos percherones
siguen comiendo más y más hierba
en el prado inmenso de esos vecinos
que sé que aún respiran
aunque nunca los veo por aquí;
porque las crías de serpiente
son incapaces de ascender por las pezuñas
y se quedarán ese veneno
que no poseen
otro verano más
haciendo acopio de odio
ante las puertas de desconocidos
que ya borrachos
volverán a cantar canciones conocidas
por todo el mundo saludable
como si la vida no fuese más
que un karaoke alado
que escupe desde una altura considerable
un líquido denso y de tono blanco
del que no nos atrevemos
ni a preguntar qué contiene o qué es:
tan solo abrimos bien
nuestras bocas hambrientas
mostrando al señor
nuestra espeluznante colección de caries
para alimentarnos así de su gloria eterna:
y con el gozo ya en nuestro interior
caminaremos por aquella vereda
buscando sin pasión
un nuevo hogar que nos aleje
del sufrimiento de un lavavajillas
y del súbito relincho de dos caballos percherones
que a falta de verde que pastar
se morderán violentamente el uno al otro
para decidir al final
cuál de las dos crines
es más bella
más suave de acariciar:
habrán pisado sin querer
a todas y cada una de las serpientes
y las hormigas habrán llegado aquí
para en perfecta conjunción y armonía
llevarse los restos en fila
hacia el hormiguero alquilado de sus azarosas vidas;
el horizonte refleja otro incendio:
hemos decidido arder
como brujas ante una santa inquisición agnóstica
de boquilla y siesta diaria.


TUS BALAS, MIS PIEDRAS

otra bala silba a mi lado____
será la siguiente
la que me mate:
la piedra que ya no podré
lanzar contra su odio
permanecerá en el pozo del mío propio
esperando que otras manos
la recojan y la hagan levitar;

puede que en la otra vida
recupere mis piernas
y camine sin esa necesidad
de mirar al suelo
en busca de armamento
que alimente mi hambre
de justicia y dignidad:

mírame de verdad
soy una criatura increíble, lo ves?
ahora silba bien alto
para disimular
y después
baila alegre tu danza étnica
sobre mi masacre programada.


José Yebra, de Sedentarismo aplicado (Suburbia Ediciones, 2019)


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