pensando, últimamente y cada vez con más frecuencia e intensidad, porque todo (al menos en mi caso, como deber ético y moral) hay que decirlo, en las formas y maneras en las que está derivando y depreciándose a pasos agigantados la literatura, los modos de vender y presentar los libros y toda la parafernalia que ello conlleva... los ganchos y jam sessions y performances y palomitas, y cómo el escritor tiene que mezclar churras con merinas para lograr que alguien le lea... no veo yo que los músicos lleven poetas a sus conciertos como reclamo para que haya más público, ni los pintores ni escultores ni actores ni bailarines, sólo los escritores, como si tuvieran que pedir perdón por serlo, se ven forzados a hacerlo, porque la literatura no vende, no vende, y en eso, en última instancia, radica por desgracia todo... a dónde hemos llegado, queridos letraheridos, me pregunto, o pan y circo para las fieras...
Vicente Muñoz Álvarez