Chelines


Recuerdo la primera y última vez que fuimos al cine. Estábamos en la taquilla. Pagué y metí las vueltas en el bolsillo del vaquero, que llevaba roto unos días. Unos míseros chelines cayeron por la pernera y aparecieron con escándalo al lado de mis zapatillas. Ambos nos agachamos a recoger las monedas. Aquella fue la vez que más cerca estuve de sus rodillas.

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