llegan con la primavera, como una condena, los días de ruta y de intentar ganar dinero, lo justo para sobrevivir, ya que con la literatura no puedo, y se acumulan vertiginosamente los problemas, los pedidos mal servidos, los clientes que se quejan, los entuertos que tengo que solucionar, la tarifas y las muestras, las llamadas de los fabricantes y (en el calzado y en todo) el mal gobierno, tras los días de ensoñación y rosas toca irme a la guerra de nuevo, qué cambio tan brutal de vida, pienso, vamos a por ello...
Vicente Muñoz Álvarez