PARALIPSIUM I por FRANCIS SANRU




Un sábado en la iglesia,
querido hermano,
ella me dijo:
-Este no es tu sitio.
Este no es tu hogar.-
Llevo cuatro años
junto a los guerreros
y he aprendido
que podría regresar
y depositar mi martillo
de guerra
junto a la araña,
en lo más profundo del agua.
En agosto del 18,
un robot compuso un poema
y te nombró como Janes Barley.com
por diez veces.
Era verano
y celebrábamos la libertad.
Joy bailaba “Western Shores”
en un pequeño escenario.
Luego recitaba poemas
sobre extraños regalos
dejados a los muertos
en el cementerio
de Godbye Spring Circle.
El jardín era una fiesta
lleno de estrellas.
Un universo de nieve
en el calor global
hasta que llegó,
como un regalo en vacaciones,
la fría guerra.
Un plaga.
Oraciones.
La Iglesia, hermano,
repletas de banderas
de memoria,
de información.
De revelación.
Microlocura
de un nuevo mundo.
Ovejas solitarias
en charcos de sangre,
observando árboles arder.
El dragón Alisa,
con cabeza de libélula,
regaba el país
con demonios Dédalos
que cantaban tristes Blues.
¿Qué nos salvó?


Francis SanRu


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