Hay errores que nos llevan de la mano hacia un buen libro y en mi caso así ha sido con Apuntes sobre el suicidio de Simon Critchley, por lo que es posible que todo esté condicionado por el destino o vaya usted a saber. Que eso sea así o sea Dios quien me llevó a conocer este autor, que yo crea en la suerte o en mi propia intuición, no tiene importancia, la cuestión es que estamos gobernados por un número ingente de prejuicios ante los que nos plegamos sin apenas cuestionarnos si son ciertos o no. El suicidio es uno de esos temas tabú al que nos cuesta acercarnos por no ser capaces de entenderlo. A mí recuerda al sexo: algo meramente reproductivo, algo meramente hedonista, el caso es que Dios por medio, la casa sin barrer y cada uno en su fuero interno piensa lo que quiere.
Critchley es desde 2004 profesor de filosofía en The New School for Social Research de Nueva York. Ha escrito más de una veintena de obras sobre la historia de la filosofía, teoría política, religión, ética o estética. Tiene monográficos acerca de autores como Jacques Derrida o Martin Heidegger, incluso un ensayo impactante, En qué pensamos cuando pensamos en fútbol (Sexto Piso, 2018), que aborda el fenómeno del fútbol desde la filosofía.
Apuntes sobre el suicidio no es ni pretende ser un sesudo tratado sobre este concepto sino una especie de introducción en la que vemos esos prejuicios a los que nos referíamos, todo aderezado con un excelente humor británico. Desde las primeras líneas se nos indica que “no es una nota de suicidio”, aunque aporta una serie de ellas. Se explican motivos como la venganza, el orgullo, la desesperación económica, la enfermedad o el odio hacia uno mismo como alguna de las razones más utilizadas por los suicidas. Nos habla de autores, auctoritas, como Virginia Woolf, Camus o Cioran, que dan distintas perspectivas. Especialmente interesante encuentro el texto del filósofo David Hume, (1711-1766), “Sobre el suicidio” , incluido como epílogo, en el que enumera una serie de cuestiones sobre este controvertido tema desde la filosofía, esto es, evitando supercherías. Os dejo unas perlas:
“La vida humana no reviste mayor importancia para el universo que la de una ostra”.
“No creo que nadie haya tirado su vida por la borda mientras valiera la pena conservarla.”
“Si la supresión de la vida humana fuera dominio tan particular del todopoderoso que supusiera una vulneración de su derecho que los hombres puedan disponer de sus propias vidas, tan criminal sería actuar en aras de preservar la vida como de destruirla.”
Critchley sigue a Hume en que el suicidio es un tema filosófico y en otras cuestiones, pues es lo que nos hace humanos, nada tiene que ver con Dios. Para Critchley el sacrificio no cuenta como suicidio, porque éste nos hace libres, pero no podemos vivir pensando constantemente en el sentido de la vida, ésta es la conclusión. Sin embargo, el suicidio es un tema recurrente en mis textos y seguiré leyendo estupendos ensayos como éste que arrojen luz o, mejor, que eliminen sombras, pecados y supersticiones de un tabú eterno. Lo que a veces creemos que es un error no lo es.
Pd. 2 ¿Queréis leer alguno de mis libros? Poneos en contacto conmigo o a través de mi web bertadelgadomelgosa.com
Pd. 3 Podéis descargar Realidad Suficiente desde aquí, compilación gratuita de mis críticas https://www.casadellibro.com/ebook-realidad-suficiente-ebook/cdlap00011029/8526313