Estoy contraindicada
No soy buena,
no
soy
buena.
Provoco retortijones, vértigos, insomnio,
apatía, tristeza, taquicardia, temblores,
dolor de cabeza…
Estoy contraindicada
en casos de enamoramiento profundo,
sensibilidad extrema,
lucidez mental y sensatez delirante.
A veces me subo a los árboles y no quiero bajar a menos que alguien me espere abajo
dispuesto a romperse los brazos para amortiguar la caída.
En ocasiones lo hacen, y luego me río
mientras me lamo los rasguños y contemplo el desastre...
Ja ja ja
Por si aún no te ha quedado claro:
soy mala, muy mala.
MALÍSIMA.
Carne de pesadilla,
flor del averno,
animal de cloaca de futuro incierto.
Mujer de malas costumbres,
pecadora, indecorosa...
Bebo, fumo,
soy impertinente,
impúdica, odiosa.
Lloro sin motivo,
me desnudo sin motivo,
me enfado sin motivo.
Pero si a pesar de todo
quieres quedarte conmigo,
-lunático enajenado,
sufridor empedernido
masoquista declarado-
ya te lo he advertido:
¡ese es tu problema!
Ya te he dicho
cientos de veces
que no soy buena.