FULL MAYOR EN EL CAMPEONATO MUNDIAL DE PÓKER
Mi sueño es convertirme en un blanco que nunca escribe y que jamás habla.
Un blanco con gafas polarizadas y zapatos monstruosos que solo piensa cosas valiosas y
precisas y duraderas.
Un blanco que se bebe sus buenos litros y cuya unión con la tierra es poder puro.
Pienso en policías a caballo que viven la vida de Lars von Trier hundidos en el bosque.
Yo quiero pudrirme encima de los padres del poeta australiano Jas H. Duque, como el tatuaje
del Che Guevara se pudre en el torso de Mike Tyson en un barrio de Los Ángeles llamado Little
Armenia.
Cuando estuve en América unía cervezas de la mañana a la noche. Tuve una casa. Bebía en esa
casa y después salía a beber.
Entraba en los bares y me volvía loco; después entraba en punto muerto al casino Silver Star
porque amo los milagros encadenados.
Llévame al desierto y adórame.
LA EXPANSIÓN DE LA IDENTIDAD EN JOY DIVISION
Yo siempre aparecía a lo lejos.
Yo vengo de la nada como una historia del instituto.
Seducir con palabras es sencillo. Seducir con la inocencia es sencillo. Pero seducir con dinero es
inolvidable.
He leído hasta el último trozo de papel de los hombres. Los hombres siempre me dan la mitad
de lo que pido.
Todo conduce a mí cuando no cambio ni una letra de mi historia.
A mí lo que me gustaba era ir a fumarme un porro con mi caballo a las doce de la noche.
Ojalá este año mueran todos los músicos y todos los cineastas de la Tierra, y quede yo solo.
Quedar al final como el sheriff que barre su casa a oscuras y cruza palabras con el monte.
Ser el elegido atravesando el corazón de los elegidos.
Dulce gente, no os rindáis hasta que vuestros coches y vuestros hijos huelan igual que yo.
Mi padre y yo somos los viajeros del súper soul. Nuestras esquelas estarán llenas de delirios.
Arizona, 4976 d. C.
Víctor Pérez, de Historia de la Salvación en Benavente
(Canalla Ediciones, 2018).