qué hermosos los encuentros de los amantes, los días de vino y rosas, los guiños y los gestos y los horizontes eternos frente al mar, la redención y la ensoñación, el corazón y la piel y la cosecha y la siembra, pienso, pero qué efímeros y pasajeros... como un suspiro se me ha pasado sin darme cuenta el verano, entre libros y versos, sonrisas y besos, y toca volver a la guerra de nuevo, cortarme las patillas y el pelo, ponerme el disfraz de hombre cuerdo y afrontar lo que está por venir, Babilonia ardiendo, clientes y tiendas, destierros y ausencias, lo de siempre, cuestión de supervivencia, leña para el invierno... mi permiso de estancia en la tierra se ha terminado y es hora de embarcarse de nuevo, valor y fuerza, me digo, vamos a por ello...
Vicente Muñoz Álvarez