CUIDADO, CUANDO TE DAS CUENTA, YA HAS PASADO LA LÍNEA
El mundo anda mal.
Y habrá que repartir justicia,
pero más contundente
que la poética sólo.
Lo mejor de la tierra en las manos
de los más hipócritas,
cínicos y sádicos
especímenes bípedos.
Los mejores bocados,
los más bellos paisajes,
los mayores placeres
pertenecen a aquéllos
que esquilman la tierra.
Los ves en la sabana
contemplando elefantes,
ésos que ellos mismos
con su afán de más
están extinguiendo.
O saboreando en sitios exclusivos
los finos manjares
que su capricho pide.
Cogiendo y dejando,
gastando y tirando,
ensuciando el planeta
con su ir y venir sin sentido
de aquí para allá.
Y no puedo evitar que
ese odio que nunca me aflora
me inunde cuando pienso en ellos.
Elegantes sepulcros blanqueados
que siembran la muerte a su paso
con cada farisea sonrisa.
Máquinas de hacer oro
a costa de la ruina del débil,
del expolio del mundo.
Los odio y deseo que revienten,
pero quiero primero
que conozcan qué siente
el muchacho que humillan,
el animal que se comen,
las flores que pisan,
el cielo que ensucian;
todo el dolor que han causado
en sus dañinas vidas
concentrado a cámara lenta
en sus pútridas carnes
sofocadas de Hermès, de Chanel o de Dior.
ESTATUA DE SAL
Pero quién cree aún
en sus propias mentiras,
tan calcadamente iguales
a las de los demás.
Pero cómo seguir todavía
con las mismas imágenes
de repugnante brillo,
de amor de película,
de hipócrita paz,
sin turbarse ni sentirse incómodo
Y hasta cuándo, tú,
predicadora de la diferencia
que no eres capaz de marcar
dejando por fin de mirar
lo que insulta tus ojos,
vas a permanecer.
O es que crees que el hecho
de no cometer el pecado
te dispensa
de emprender de una vez
el camino de vuelta.
AL BORDE A LA IZQUIERDA
Quien acaba con sus reservas
de tolerancia ante la estupidez,
primero la ajena
y tarde o temprano la propia,
tiene un crudo paisaje delante de sí.
Deberá proceder para sobrevivir
a sacarse los ojos y nublar su sentido,
o si fuera capaz, remontarse muy alto,
más allá del alcance de sus propias verdades,
y remar sin parar en un aire
que sustente a su nada.
Pero eso son sólo palabras
para casi todos.
Lo que suele pasar
es que aún con desgana,
uno siga pastando,
cagando y durmiendo
como el resto del mundo,
hasta el último día,
en que entregue
el tesoro que recibió prístino, irreconocible por la mucha mugre que fue acumulando.
No encuentras todavía sentido
y aún misericordia en el hecho
de que te hayan parido
como ser mortal?
EL ESQUIZOFRÉNICO HOMBRE DEL SIGLO XXI
No me baño de noche en la playa
por temor a los monstruos marinos.
Los embalses ocultan siluros gigantes
capaces de comerse a un perro.
No me gusta jugarme la vida
subiendo montañas, volando en un globo o colgando de puentes.
Le quito la parte quemada siempre a las tostadas.
No salgo nunca sola al monte o de noche.
No subo a mi coche a desconocidos.
Evito comer cualquier cosa
con letras y números en su composición.
La lista de cosas que me atemorizan supera de largo a
las cuatro cosas con las que disfruto.
Aparte de eso, el mundo se acaba en cualquier momento.
Y estoy que no sé si meterme en un bunker
o liarme a comer yogures caducados,
pasar del condón y hacer sexo de riesgo
por saber qué se siente cuando se está viva
aunque sea por cinco minutos antes de morir.
No me baño de noche en la playa
por temor a los monstruos marinos.
Los embalses ocultan siluros gigantes
capaces de comerse a un perro.
No me gusta jugarme la vida
subiendo montañas, volando en un globo o colgando de puentes.
Le quito la parte quemada siempre a las tostadas.
No salgo nunca sola al monte o de noche.
No subo a mi coche a desconocidos.
Evito comer cualquier cosa
con letras y números en su composición.
La lista de cosas que me atemorizan supera de largo a
las cuatro cosas con las que disfruto.
Aparte de eso, el mundo se acaba en cualquier momento.
Y estoy que no sé si meterme en un bunker
o liarme a comer yogures caducados,
pasar del condón y hacer sexo de riesgo
por saber qué se siente cuando se está viva
aunque sea por cinco minutos antes de morir.
Maya Mukti