Para mí (seguida de El quimérico inquilino, La semilla del diablo y Cul-de-sac), la mejor y más desasosegante película de Roman Polanski, Repulsión (1965) retrata un deterioro y un derrumbe, un claustrofóbico mundo que se resquebraja (literalmente) y una truculenta degradación sin catarsis.
Morbosa, siniestra y fría como una mantis religiosa, Catherine Deneuve nos regala uno de sus papeles más rotundos, con secuencias que aún hoy cortan la respiración (el ataque al intruso con la navaja de afeitar, las grietas y brazos por el pasillo, el conciliábulo de los vecinos sobre su cuerpo) y arrebatos e histerismo y rabia de lo más epatantes.
Y como siempre en el cine sesentero de Polanski, guiños de vanguardia y autor sabiamente sabiamente mezclados con elementos del thriller clásico.
Todo un deleite para los sentidos y un diamante en bruto para los freudianos, que se recrearán en sus muchas claves psicoanalíticas.
Vicente Muñoz Álvarez, de Cult Movies: Películas para llevarse al infierno (Eutelequia, 2011. LCLlibros.com, 2013).
Repulsión (completa) enYou Tube: