Siempre me gustaron las sorpresas. Desde niño, cuando mi madre o mi hermana o mis amigos venían con sus regalos envueltos en papeles de colores... dedicatorias... lazos... cintas... Magia. Lo de menos, en realidad, es lo que hay dentro. Puede gustarte o no y eso no importa. Si eres buen simulador... precioso... me hacía falta... y tan bonito... Es bien sencillo, manipular a las personas, hacerlas creer mentiras, manejarlas, confundirlas, forzar sus sentimientos.... Pero eso sí: que no falte la magia. Si no hay magia no merece la pena ya estar vivo. A eso me refería antes, cuando hablaba de los paquetes de regalo, la emoción visual, el sentimiento, el colorido. Ahí está la clave: burlar al tiempo y distorsionar la realidad. Algo estupendo. Que vivir sea un juego de niños. Y seguir siendo siempre un cachorro.
Vicente Muñoz Álvarez,
de Los que vienen detrás y otros relatos
Prólogo por Hernán Migoya. Ilustraciones de Miguel Ángel Martín
(DVD ediciones, 2002)