Soy mundana
aunque también de orillas
de extremos
Cuánto duran los pechos incendiados
Dónde tiene ocultos los estribos esta yegua
Qué placer se halla en el verso final del poema
que no se halle antes con tu presencia
Por qué tienes tú los ingredientes de mi temblor de rodillas
de yemas endemoniadas en mi nuca a todas horas
Me lleno la boca con tu noche y lo terrible
El dolor lo corto en trozos pequeños
para tragarlo con elegancia infinita
y el resto para el resto
Tenemos una cita
allí donde se empuña el deseo
en los burdeles de palabras
donde drenaré tus domingos
y desharé tus nudos con mi lengua
mientras aguardamos nuestro duelo
espalda con espalda