vuelvo ahora de Pucela como un torbellino, puro correcaminos, mec mec, la adrenalina rugiendo en mis sienes y la sangre latiendo fuerte en mis venas, pum pum, de tanto estrés y trajín estos días, zapatos y zapatos y más y más zapatos y clientes que se han muerto y otros que han cerrado y otros que se han arruinado y el cielo griste y melancólico y lluvioso sobre y dentro mí... los días de ruta, ahora, más complicados y tediosos que nunca, esa insondable soledad de las noches de hotel y las sábanas frías, tan ajeno e impersonal todo, tan lejos y distante de mí, y kilómetros y kilómetros y carretera y paisajes encharcados y las nubes bajas y asfixiantes y todo, como en un apocalíptico sueño, decadente e inundado y ardiendo... Babilonia se hunde, pienso mientras conduzco, el comercio naufraga, es lo que nos toca, lo que nos merecemos, el capitalismo, lo que hemos creado, pero también: qué tendremos por dentro, los humanos, que a todo nos enfrentamos, con fuerzas renovadas y sacadas de no se sabe dónde ni cómo, fracasemos o venzamos, a todo nos enfrentamos, vis et honor para los romanos, me recuerdo, justamente en ello andamos...
Vicente Muñoz Álvarez