QUERER….
Querrías que tu corazón, tu coño y tu cabeza se pusieran de acuerdo y apuntaran a la misma persona, pero parecen tener vida propia y a cada uno le gusta gobernar en su propio reino. Por eso te tambaleas, te desvelas en camas ajenas y te enamoras de quien no debes.
Por eso bebes, por eso sueñas despierta, por eso no te caben los pantalones de un día para otro, por eso lloras con las canciones que crees que hablan de ti y te sorprendes de tarde en tarde asomada al balcón, mirando al vacío.
Quizá buscas lo imperfecto porque sabes que eres incapaz de acabar lo que empiezas. Porque la perfección es el fin y se intuyen la casa, las responsabilidades, las prohibiciones, los niños, la vejez y la muerte.
Porque cada ruptura es la promesa de algo nuevo pero igualmente ilusorio. Espejismos de amor encadenados.
Porque, de un tiempo a esta parte, tu vida transcurre en la Semana Santa, con sus llantos, sus duelos y sus exaltaciones. Pasión, muerte y resurrección.