100 Años sin Debussy, el gran maestro del delicado cromatismo postwagneriano.


En 1894 Debussy compuso su merecidamente célebre e inmortal Preludio a La Siesta de un Fauno, una obra de 10 minutitos en forma de poema sinfónico con la que quiso expresar musicalmente las impresiones que en su sensible alma habían dejado los versos del poeta simbolista Stéphane Mallarmé (1842-1898). El poema se titulaba, pues eso: La Siesta de un Fauno (1876):

Pero el alma, 
de palabras vacante, y este cuerpo sombrío 
tarde sucumben al silencio del estío: 
sin más, fuerza es dormir, lejano del rencor, 
sobre la arena sitibunda, a mi sabor 
¡la boca abierta al astro de vinos eficaces!. 

50 años después del nacimiento del maestro, el mítico bailarín ucraniano Vassili Nijinsky decidió coreografiar la música de Preludio a la Siesta de un Fauno

El sueño del fauno debussiano original ya tenía un aire muy sensual que, acertadamente, había sido, en parte, sugerido por el compositor mediante una revolucionaria orquestación en la que la flauta tomaba el papel protagonista. Pero el provocador Nijinsky transformó esa insinuación musical en una coreografía mucho más explícitamente erótica, lo que supuso un escándalo mayúsculo el día de su estreno: 29 de Mayo de 1912. La versión de Nijinsky ni siquiera gustó al compositor quien declaró: "Ha interpretado groseramente la palabra satisfacer". 

Y es que habrá muchas maneras de que os cuenten, muy líricamente, de qué va el bailecito de Vassili Nijinsky, pero aquí va el grosero resumen al estilo gusano: "Un fauno se despierta de una veraniega siesta como habitualmente solemos despertarnos los varones: enfaunado. Se encuetra con unas ninfas con las que juguetea "inocentemente", pero las chavalas huyen despavoridas ante semejante... fauno. Una de las ninfas pierde, en su huída, un pañuelo. El fauno lo recoje, aspira su aroma, rememora a la ninfa y se la onanea sobre el pañuelo...". 


¿Se ha entendido?.

Polémicas y bromas aparte, el caso es que Preludio a La Siesta de un Fauno está unánimemente reconocida como una de las composiciones más trascendentales del siglo XX y uno de los pilares de la modernidad musical.

Para todo aquél al que esto que acabo de contar se la traiga al pairo, tengo buenas noticias: Preludio a la Siesta de un Fauno es una composición hermosísima que cualquiera, con un mínimo de sensibilidad (el mínimo exigido a los humanos para diferenciarse de los artrópodos) podrá disfrutar por muy lego que en materia musical sea.

Les invito a que así lo hagan y a que se relajen con este contemplativo y delicado poema musical que surgió de la mente del gran, gran, gran compositor francés Claude Debussy, incontestable maestro al que debemos, en gran parte, la liberación de las ataduras formales de la música del siglo XX.

A la batuta, otro genio: mi admiradísimo Georges Prêtre.

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