Era guapa, con encanto más bien, de ese tipo de mujeres que empeoran al maquillarse. Infantil en el trato, aunque madura en sus reflexiones. Cuando salí del café, se quedó leyendo una revista, lo que me hizo suponer que no dejé huella en ella. Me giré un par de veces antes de llegar a mi coche, pero nada... web de Rafael Caunedo