Me despido hasta el año que viene. Aquí les dejo la cúpula geodésica de Richard Buckminster, un proyecto mesiánico, utópico, seguramente imposible de realizar, pero que buscaba proteger a la humanidad de una hipotética extinción. Esta la diseñó para Manhattan, pero vale para cualquier lugar del planeta. Les deseo un 2018 tan imaginativo y protector como este sueño. Y recuerden pasarse con el champán y los libros, como siempre.