Me llamaste tres veces y dijiste «¡Puedo explicarlo todo!»
en el buzón de voz. Sabes perfectamente que soy de la opinión
de que nada que valga la pena es explicable. Querido,
no te pongas tan literal. No sé si habrás estado allí.
¿Tenías ganas? Inventemos, entonces.
¿Acaso fuiste tú con quien sobrevolé el Mediterráneo?
Me parece que ahora te recuerdo: ¡mi joven amor!
El arnés, te quejabas, te estaba lastimando las pelotas.
Hicimos tantos planes. Estábamos colgados entre el cielo y el mar.
Entrelacé mis piernas con las tuyas. Un nudo en una pizca de universo.
De golpe el mar fue espuela en los talones, ¿recuerdas?
[“Dear Boy”, poema original de EMILY BERRY.
De su libro Dear Boy, Faber & Faber, Londres, 2013.
Traducción de Andrés Neuman.]