20 cosas raras que se oyen en las librerías

Si la rareza fuese una imagen se convertiría en un cliente de librería. Es una especie en peligro de extinción que hace preguntarse a los libreros si realmente han hecho algún cursillo de interpretación o los clientes son de así de espontáneos. Por desgracia, nunca lo sabremos. Son astutos como zorrillos esteparios y sagaces como ratones de laboratorios en busca de comida. Los clientes ponen a prueba a los libreros hasta llevarlos a su terreno. No son los gatos los que quieren conquistar el mundo, ¡no!, son los clientes de librerías. ¿Su objetivo? Manipular tu mente y arrinconarte hasta dejarte como una pelusa ennegrecida.

Por suerte, para los libreros supervivientes, la editorial Malpaso editó un libro allá por el año 2015 para ayudar a los libreros a comprender que no están solos, que existe un mundo más o menos normal; un mundo donde los libreros viven libres en cautividad. El libro en cuestión se llama Cosas raras que se oyen en las librerías, y recopila las mejores intervenciones surrealistas de clientes y demás personajes quijotescos. He seleccionado las veinte paranoias más estupendas de clientes que hicieron mella en los libreros, quizá hasta el punto de desestabilizarlos. Aunque no creo, la raza librera es dura de pelar.




* * *

CLIENTE: ¡Ay, Stephen! ¿Pero qué haces? Ten más cuidado (Le quita el libro y lo vuelve a colocar en la estantería).
LIBRERO: Disculpe.
MADRE: ¿Sí?
LIBRERO: Su hijo acaba de arrancarle la cabeza al tigre que vino a cenar...
MADRE: Sí, los niños son muy bestias.
LIBRERO: Ya, pero ahora no podemos vender ese libro. Está dañado.
MADRE: No pretenderá que lo compre ahora que está estropeado.

***

CLIENTE: ¿Tenéis Loca por él de la serie Bridget Jones? No lo veo.
LIBRERO: Se ha agotado, pero lo puedo pedir. Llegará en las próximas 48 horas. Incluso podríamos enviárselo por correo.
CLIENTE: No me fío de Correos. ¿Me lo podéis mandar por fax?

***

LIBRERO: ¿Puedo ayudarlo en algo?
CLIENTE: Sí, ¿dónde están los libros de ficción?
LIBRERO: Ahí, en la pared del fondo. ¿Busca alguno en particular?
CLIENTE: Cualquier de Stefan Browning
LIBRERO: No lo conozco, ¿qué tipo de libros escribe?
CLIENTE: Ni siquiera sé si ha escrito... Verá, yo me llamo Stefan Browning y me gusta entrar en las librerías para ver si alguien con mi nombre ha escrito un libro.
LIBRERO: Ya...
CLIENTE: Porque así lo puedo comprar, llevarlo encima y decirle a la gente que tengo una novela publicada. Todo el mundo pensará que soy la hostia, ¿no le parece?


***

CLIENTE: ¿Esto no era antes una tienda de cámaras?
LIBRERO: Sí, pero nosotros compramos el local hace un año.
CLIENTE: Y ahora es...
LIBRERO: ...una librería
CLIENTE: ¡Ah, vale! ¿Y dónde guardáis las cámaras?


***

CLIENTE: ¿Tenéis algún libro con el pronóstico del tiempo para el resto del año?



CLIENTE: ¿Estaréis abiertos cuando salga el nuevo Harry Potter?
LIBRERO: Sí, de hecho haremos el lanzamiento esta medianoche.
CLIENTE: ¡Estupendo! ¿A qué hora?



***

De Yiping Rags

A quien corresponda,
Les escribo para ver si tienen empleos disponibles. Su librería siempre ha sido una de mis tiendas favoritas y el servicio personalizado que dan es fantástico. Siento un gran cariño por ese lugar.
Les adjunto mi currículum.
Saludos.

Este correo electrónico fue enviado a todas las librerías del norte de Londres.


***

HOMBRE: ¿Me podría recomendar algún libro?
LIBRERO: Por supuesto. ¿Qué tipo de libros le gustan?
HOMBRE: Bueno, he salido de la cárcel esta mañana. Algo que no sea muy denso me vendría bien.


***

CLIENTE: ¿Tenéis Doctor Who y los secretos del cronoplaneta escondido?
LIBRERO: No me suena, pero puedo mirar en nuestra base de datos.
CLIENTE: Gracias.
LIBRERO: No aparece. También he revisado el catálogo de la British Library y no lo encuentro. ¿Está seguro de que ese es el título?
CLIENTE: No, no estoy seguro. Ni siquiera estoy seguro de que exista.
LIBRERO: ¿Perdón?
CLIENTE: Ayer, cuando volvía del trabajo, se me ocurrió el título y pensé: "¡Joder, cómo molaría leer ese libro!". ¿Me entiende?
LIBRERO: Pues lo siento. No lo puede leer porque nadie lo ha escrito.
CLIENTE: Da igual. Sólo quería estar seguro.
LIBRERO: Pero tenemos muchos otros libros de Doctor Who. Si quiere se los puedo mostrar.
CLIENTE: No, gracias. Prefiero ir a casa. Ya se me ocurrirá otro título.


***

CLIENTE: Hola, solo quería preguntar una cosa. ¿Qué sois, una librería o una biblioteca?
LIBRERO: Una librería.
CLIENTE: Deberíais tener un letrero en algún sitio. Es muy confuso.
LIBRERÍA: Afuera hay un letrero enorme que dice "Librería Ripping Yarns".
CLIENTE: Pues eso es bastante ambiguo.
LIBRERÍA: Sí, como una pedrada en la boca.




CLIENTE: Deberíais ordenar los libros por tamaños y colores.
LIBRERO: Así nunca encontraríamos nada.
CLIENTE: No importa. Se vería bonito. 

***

CLIENTE: ¿Tienen algún empleo?
LIBRERO: ¿Ha trabajado antes en una librería?
CLIENTE: La verdad es que no. Nunca leo.
LIBRERO: ¿Entonces por qué quiere trabajar en una librería?
CLIENTE: La es que no quiero, pero acabo de mudarme a un piso que está a dos manzanas y me viene muy bien este sitio.


***

CLIENTE: Disculpe, estoy buscando un libro. No recuerdo ni el título ni el autor ni de qué va, pero sé que el título tenía dos palabras.
LIBRERO: Vale... ¿Dónde lo ha visto?
CLIENTE: No recuerdo y, por favor, no me atosigue. Creo que las dos palabras eran algo y algo.
LIBRERO: ¿Algo y algo? No me suena, lo siento. ¿No recuerda algo más?
CLIENTE: ¿No lo puede buscar en la base de datos?
LIBRERO: Pero... no sabría qué buscar.
CLIENTE: ¡Joder! Mire (toma papel y lápiz). Marque esto en el ordenador: "...y...". No puedo creer que sean ustedes tan idiotas.
Exlibrero anónimo: Waterstone's, Reino Unido.

***

CLIENTE: No sé por qué, pero mi esposa quiere un ejemplar de The Dinosaur Cookbook.
LIBRERA: ¿No se refiere a The Dinah Shore Cookbook?
CLIENTE: Debe de ser ese. Ya decía yo... Me preguntaba qué estaba tramando.


***

Un anciano entra en una librería.
CLIENTE: Vengo a devolver este libro. Lo he leído y al final me he enterado de que la historia no termina, que hay una segunda parte. Siento que me han engañado...
LIBRERO: ¿Se lo recomendamos nosotros?
CLIENTE: No.
LIBRERO: Pues se aguanta.


El vendedor de una editorial importante llama a la librería y pregunta a la librera si le interesa algunos de sus próximos títulos.
LIBRERA: ¿Nos podría mandar un ejemplar de cada libro para leerlo?
AGENTE: ¡Ah! ¿Vosotras leéis?

***

CLIENTE: Quiero un libro sobre el Apocalipsis para un niño de trece años.
LIBRERO: Pues no sé... ¿Qué es lo último que ha leído ese niño?
CLIENTE: Gerónimo Stilton.

***

CLIENTE: Hola, busco un compendio de la Biblia.
LIBRERO: ¿Del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento?
CLIENTE: Pues...
LIBRERO: ¿Cuál quiere? ¿El antiguo o el nuevo?
CLIENTE: Si ya ha salido el nuevo me llevo ese, que será mejor.


***

CLIENTE: Hola, busco el Lazarillo de Tormes, pero no me pregunte cómo se llama el autor porque se me ha olvidado.

***

CLIENTE: ¿Tienen las obras completas de Oliver Twist?




¿Os reconocéis en alguna de ellas? Venga, sed sinceros; seguro que más de uno habéis conseguido desestabilizar a algún librero. Y, por supuesto, si tenéis alguna anécdota parecida, no dudéis en contárnoslo. 

Publicado por María Bravo




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