Ejemplo del diseño de una exposición temporal: Rouault en el Bellas Artes de Bilbao

Mostrada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao como exposición temporal del 15 de noviembre de 2010 al 13 de febrero de 2011. Más de cien obras, entre óleos, dibujos, grabados e incluso una vidriera. No fue una retrospectiva convencional. Su originalidad residió en que se presentaron un buen número de obras inéditas e inacabadas del taller de Rouault- al que el artista rara vez permitió el acceso –  y donadas al Estado francés en 1963 por su viuda Marthe Rouault.

La exposición fue comisariaza por Angela Lampe, conservadora del Centre Georges Pompidou. Dividida en 5 salas y cada una de ellas con una rotulación compuesta por un título y una breve explicación del ámbito en cuestión. Puesto que las obras de por si tenían bastante color, se jugó también en la sala con los colores. Los muros del título grande con una imagen de él en grande, iban en naranja.

Frente al título principal de la exposición se colocó una biografía completa del artista en tres columnas con varias imágenes en su taller.

Empezando la muestra, su autorretrato sobre un muro de color magenta, que se convirtió casi en el protagonista esencial de la exposición.

Para las escenas circenses se dejó el blanco.

En cambio Miserere se dramatizó con un magenta- borgoña oscuro.

Todas las obras estaban colocadas a una altura que sitúa el eje medio de la obra a 1,50 desde el suelo. Y que es lo estándar para el visitante. Salvo el autorretrato que se colocó algo más alto para aumentar la escenografía.

Como extraordinario se presentó una de sus vidrieras para lo que tuvo que construirse un muro especial, con acceso lateral para la iluminación y control de la temperatura y humedad.

Otro dato que cabe reseñar dentro del montaje expositivo es la colocación de dos videos de unos 10 minutos sobre la vida del autor en una sala. Aunque no era este, sirve para hacerse una idea.

En cuanto al recorrido expositivo

La exposición empieza por un autorretrato. Georges Rouault se presenta como aprendiz de obrero. Fue  pintado hacia 1925 y está considerado como una de sus obras maestras, trató de recordar su aprendizaje con los pintores vidrieros Marius Tamoni y Émile Hirsch, y subrayar sus orígenes populares, de los que siempre se sintió orgulloso.

Así pues, Rouault revela su alma de artista: él no es más que un simple obrero que crea con sus manos, un humilde aprendiz al servicio del arte, sin nombre, sin individualidad, sin méritos especiales; rechaza esa larga tradición del creador noble y sagrado, poseído por una furia creativa. Su sitio está al lado de los humildes, de los olvidados, de los marginados. Al retratarse como simple artesano, no sólo ha escogido su campo, sino que profana también la función intangible del artista: los creadores serían, pues, seres de este mundo, no procedentes de la esfera celestial. L’Apprenti-ouvrier nos lleva al corazón de lo que Rouault busca en su arte: la fusión entre lo sagrado y lo profano.  Un antagonismo dogmático que trató de superar y que es, precisamente, por lo que destaca en la historia del arte del siglo XX.

El circo (sería la siguiente sala)

Uno de los temas con que el público más amplio identifica la obra de Rouault es, sin lugar a dudas, el del circo; del que tiene una abundante producción. La figura característica que en él destaca se presenta bajo los rasgos de un payaso triste o con la imagen más serena de un pierrot, prolongación tardía de aquél. También es habitual la imagen de los saltimbanquis que le da pie para denunciar la fragilidad de los más débiles y la indiferencia de la que son víctimas junto con muchos otros marginados que constituirán una galería de figuras recurrentes en su obra durante más de un decenio. El interés de Rouault por el circo arraiga, pues, en una pluralidad de preocupaciones sociales, pictóricas y espirituales.

Obras inacabadas

En 1963, cinco años después de la muerte de Georges Rouault, su viuda Marthe Rouault y sus cuatro hijos donan al estado francés 891 piezas entre pinturas, bocetos, acuarelas y dibujos procedentes del taller del artista. Se trata de composiciones, estudios y pruebas, la mayoría de ellas pintadas al óleo o a la aguada sobre papel, que no estaban firmadas y que el autor consideraba inacabadas, debido a una insatisfacción permanente.

[Esta sala estaba pintada en blanco y se tuvo que bajar la iluminación porque era sobre papel. Además la temperatura y la humedad estuvieron muy controladas (termohigrómetros)]

Miserere

Miserere constituye la matriz de gran parte de la producción de Georges Rouault. La génesis de esta obra hay que buscarla en la muerte del padre del pintor, en 1912, por la que se vio muy afectado.  Son un total de 58 estampas a través de las que el artista ilustra el sufrimiento extremo existente en el mundo contemporáneo y profano. Da al sufrimiento humano una dimensión divina.

Esta sala estaba pintada en una especie de borgoña que destacaba con los negros de los grabados y todavía mucho más baja de iluminación porque los grabados tienen un gran valor. Además la temperatura y la humedad estuvieron muy controladas (termohigrómetros). En cuanto a la señalética las cartelas con los datos de cada obra eran más estrechas, con fondo magenta como el color de la sala y letra en blanco.

 

Obras tardías

A sus 70 años, Georges Rouault no se cansa de reinventar su arte. Los medios han cambiado y los temas evolucionan paralelamente. El paisaje adquiere una importancia cada vez mayor, y en él halla expresión toda la paleta de Rouault. El circo sigue fecundando su obra, y más que la figura del payaso es la del pierrot la que se va imponiendo. Adopta Rouault dos formas de representación de sus personajes: la figura solitaria —cuyo prototipo es la Santa Faz— es vista en primer plano, como las reinas del circo y los pierrots, o bien el pintor presenta sus personajes en grupos de dos o tres, generalmente de medio cuerpo, llenando el espacio hasta la saturación y haciendo que la superficie de la obra tenga una apariencia de mucho volumen, con una textura muy relevante.

Difusión

En cuanto a la difusión se dio una rueda de prensa en la que se convocó a los principales medios con la asistencia del director del Museo, los patrocinadores y la comisaria de la exposición. El mismo día se abrió al público. Como en otras ocasiones se editó un catálogo de la exposición donde se agrupó abundante información documental y visual.

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