Entrar
Miércoles. Medianoche. Silencio colectivo. Un barrio residencial del Londres del Brexit, la islamofobia y el terrorismo súbito. Llaman al timbre de la casa. Una casa a ras de calle, expuesta, de cristales amplios. Al otro lado de la puerta y del mundo, un joven con barba y apariencia perturbada nos dice: Can I come in? Sobresaltados, contestamos que no. Por supuesto que no. Entonces el joven con barba pregunta: Why? No dice nada más. No pierde la calma, ni nos insulta, ni patea la puerta. Simplemente nos pregunta por qué. Seguimos sin tener una buena respuesta después de cerrar con llave por dentro.