Hipnótica y aterradora, fascinante y oscura, vesánica y surrealista, Imágenes (Images, 1972), de Robert Altman, es, quizás, uno de los análisis más complejos y estremecedores sobre la locura de la historia del cine, además de una estupenda película que mantiene intacta (si no potenciada) hoy en día su aura de pesadilla.
A caballo entre el thriller psicológico y el cuento de horror, la película de Altman (casi olvidada en la actualidad) refleja como pocas el delirante universo de la esquizofrenia y la paranoia, adentrándose en la atormentada mente de la protagonista (fantástica Susannah York, autora, además, del relato en que se inspira el film) y recreando una atmósfera malsana y enfermiza donde realidad y ficción, eros y tánatos, visiones y revelaciones, traumas y conflictos de identidad se entremezclan en muy inquietantes dosis.
La escalofriante banda sonora (de John Williams), la fotografía crepuscular y el caserón y opresivos paisajes donde está rodada, contribuyen sin duda a amplificar esa sensación de amenaza y ensueño, como de mal viaje de tripi, que destila de principio a fin la película.
Dejaos llevar por su embrujo.
Vicente Muñoz Álvarez