Oscurísima y desasosegante película del director de It's alive (y sus secuelas), Larry Cohen, atípica y extraña, enrevesada y confusa, pero sin duda y también, magnética y fascinante.
A caballo entre el suspense y el thriller, la religión y la mística, las abduciones alienígenas y la psicosis colectiva, God told me to (aka Demon, 1976), nos sumerge en una enloquecida trama de asesinatos en serie inducidos, supuestamente, por la mano divina, donde nada es lo que parece y todo se va haciendo cada vez más y más críptico y enigmático, hasta el punto de hacernos perder prácticamente el sentido de la lógica y la perspectiva. Para muchos, y con razón, su principal fallo, pero para otros, entre los que me cuento, su gran virtud: ese no saber muy bien hacia dónde nos lleva y qué quiere transmitirnos el film, y qué es lo que realmente nos quiere contar.
Dios y el Diablo como hermanos alienienígenas reencarnados en la Tierra, luchando por salvar o aniquilar a la humanidad: sobre eso, a grandes rasgos, gira el argumento de la película... El resto, la interpretación que cada uno le quiera dar, es ya subjetivo, porque el final queda deliberadamente abierto a la especulación y el debate.
Fantástica interpretación del protagonista, Tony Lo Bianco, que borda su papel, y una atmósfera enrarecida y amenazadora como pocas, hacen de este film una rara avis inclasificable y, nunca mejor dicho, marciana.
Que ustedes la disfruten.
Vicente Muñoz Álvarez