Brujas con trajes de hadas






Brujas con trajes de hadas

Me desagradan las personas que incumplen su palabra. Por ejemplo, las que se apuntan a un sorteo literario y, pese a ser las suertudas ganadoras, no te dan ni las gracias. La escribidora de turno les envía el cheque-regalo con toda su buena fe del mundo, por el importe del libro sorteado para que se lo descarguen. Unas lo hacen y otras: «Nanai de la China».

No importa que las agraciadas tengan lectura Kindle Unlimited en Amazon y puedan leerlo gratis. Tampoco debe afectarles que les hayan dicho que es malo, que lean la sinopsis y no encaje con lo que habitualmente ojean o, simplemente, que lo hayan leído antes... Por honor, algo que muchas personas no tienen, se cumple lo pactado. Te descargas el libro y, de paso, porque: «Es de bien nacido ser agradecido». Le pones una valoración de cinco estrellas y quedas como un rey o una reina.



El caso que nos ocupa va de emperatrices como habréis adivinado por el título. Por desgracia, en más de una ocasión te llevas un chasco: «Las apariencias, engañan». Y, sin comerlo ni beberlo, de repente, te encuentras con individuas chungas que se disfrazan de hadas: «Haberlas, haylas». En todos los países de este honorable mundo que hemos convertido en el estercolero de la sociedad del consumo y el bienestar.

Los que nos autopublicamos en Amazon, bien o mal, no lo hacemos por amor al arte ni somos tontos. La megaplataforma digital te envía ipso facto las descargas de cada novela. Por tanto, sabemos si las susodichas ganadoras han bajado o no el libro que les han regalado cuando nos dicen que lo han hecho: «Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo». Y es verdad. He cogido a unas cuantas patrañeras... Todas ellas mujeres. ¿Por qué será?

Sí, sí... Este batiburrillo llamado Brujas con trajes de hadas va por ti que ni tan siquiera te has dignado a darme las gracias. ¡Zorra! Seguro que después de poner una sola estrella y decir que el libro es un bodrio, eres de las pinches porcunas que lo harkean para todas las buenas y malas gentes que lo han leído y lo siguen leyendo por the face.

@Anna Genovés
17/03/2017




P.D. Me gustan los refranes. Ya lo dijo mi madre: «Hija mía el refranero español es muy sabio». Y yo, añado: sí señora. Lo digo como un recluta al que le toca la primera guardia con el CETME al hombro y un frío que pela. La buena de mi progenitora era muy roja, pero, sin darme estopa, me llevaba más recta que el mástil de un navío recién botado en las aguas de un océano embravecido. Una jungla de asfalto: la vida.

O quizá debería decir: más recta que un junco. Por aquello de la condición de flexibilidad de la que estoy dotada; por lo menos para reinventarme a diario y ponerme lo envites de la vida por montera. ¡Olé, madre! Gracias a tu rigidez cada día soy menos sensible. ¡Ya era hora! ¡Que les den a las brujas y a las hadas! Incluida a mí.

Los humanos somos brujas o brujos pese a tener duendecillos angélicos en las entrañas. ¿Ya os habéis reconocido? Soy la rubia marmórea que tira humos acuosos y da verdadero pavor aunque en realidad sea una pava.

Hace tanto tiempo que no escribía que me he enrollado en la postdata  como las persianas.

¡Que paséis un feliz fin de semana! Amigos y seguidores amables y bondadosos que pasáis por este espacio lleno de todo...

Lana del Rey - Once upon a dream. Soundtrack de Maléfica (traducida al español).


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