Tras varios meses de trabajo, he terminado de revisar todos los relatos que quiero publicar en mi próximo libro. Tenía más de cuarenta y al final se han quedado en 29, si no decido añadir alguno que escriba posteriormente. Podría haberlos reducido más, pero no sería la primera vez que un cuento que yo no sentía del todo logrado generase aplausos en más lectores que otros que percibía más completos. Prefiero dejar que cada uno escoja sus favoritos, de modo que solo he suprimido los que noté claramente fallidos o redundantes.
Hay cuentos escritos hace tres o cuatro años y los hay escritos hace unos pocos meses. La gran mayoría son inéditos y todos han variado de un modo u otro, en el título, el final o sus partes intermedias. Como siempre lo más habitual ha sido limar, suprimir lo que sobraba, aligerar la expresión para mantener el ritmo y el tono.
29 relatos parecen muchos, pero una de sus características es la brevedad, como ya lo era en mi primer libro de cuentos Juicio a un escritor, disponible para su lectura gratuita aquí. En total son unas 37.700 palabras, un poco menos que mi última novela Duermevela, aunque bastantes más que Juicio a un escritor.
Tras terminar la revisión el trabajo no estaba completo, y de hecho no lo está. Pero sí he establecido, después de darle unas cuantas vueltas, el orden de los relatos. Quería que se alternaran temáticas, tonos y duración para que nunca caigan en la monotonía. Ordenarlos ha sido como encajar las piezas de un puzle, aunque en este caso cada pieza podía ocupar un lugar diferente. El resultado, como siempre, tendrá que juzgarlo el lector.
Sin embargo, me queda una decisión importante por tomar: el título. Tengo tiempo de elegirlo, pues no considero prudente publicar dos libros en un año y antes va Duermevela, de cuyos detalles de publicación pronto voy a encargarme (ya anticipo que será a través de Amazon, como Desconexión). Manejo algunos relacionados con los sueños, pues la atmósfera onírica está presente en varios de ellos. Podría titularse "Sueños de escritor", "Relatos Oníricos", "Entrecuentos" (por su brevedad, como entremeses literarios) o incluso "Entresueños".
¿Cuál os gusta más de los propuestos? Estoy abierto también a otras opciones. De hecho, recuerdo que cambié el título de mi primera novela, Desconexión, por sugerencia de un lector de este blog. Así que si tienes una predilección al respecto, por favor no la guardes para ti ;)
Nadia Contreras
Me gusta Entrecuentos. Las posibilidades de interpretación son muchas. Incluso uno piensa en esos cruces que todos los días hacemos con otras personas: Entreencuentros. O también, los cruces con otras lecturas, por ello, con otras historias. Las relaciones de nuestra escritura con otras (intertextualidad) o una especie de baraja en la que el azar elige por nosotros, etc.