Como si dijera:
incendio entrañable
hervor del universo
tus palabras hicieron daño
tus palabras con olor a libro viejo
llegaron
al fondo de la vida
sosteniendo el café casi por costumbre
y las razones de luces y temblores
hicieron daño, te digo
y son todavía hermosas
y perpetuas.
Atardece en la ventana de mi cocina iluminada
atardece en mi ventilador y su ruido constante
y en la heladera llena de víveres
y en mi hija en brazos
y no somos
y ya no somos
ni siquiera
tus palabras.