DOS ROMBOS
Recuerdo que
me daba tiempo
a escuchar
la música
de Henry Mancini
y ver aquellas tres divas
frente a un hombre
del que sólo
escuchaba la voz
Mi madre
me mandaba
a la cama,
y de camino
a mi cuarto
yo me preguntaba
qué tipo de cosas
tan malas
ocurrirían
cuando aquellos
dos rombos
aparecían
en la parte
superior
de la pantalla
advirtiéndome
de un peligro
desconocido
para mí
Creo que
entonces comenzó
mi pasión
por lo prohibido
BALADA TRISTE DE LOS PLAYMOBIL
I
el niño sin rostro
juega con sus playmobil
les cambia las pelucas
y los gorros cuando quiere
en sus manos rígidas
les pone
armas
alimentos
herramientas
los coloca en filas
organiza sus cometidos
les dice cuál es la hora
de la comida
les hace luchar
los derriba
los reconcilia
si se enfada los pisa
los playmobil jamás
protestan
cuando se cansa
los mete en una caja
y los guarda bajo la cama
allí todos buscan su tacto
plastificado
su mirada fija
no se preguntan ni esperan
nada
pero nunca pierden su estúpida
sonrisa
II
¿qué podemos hacer con ellos?
hay dos bolsas
de la compra
hasta los topes
olvidadas encima
del armario
-tengo una idea,
vamos a la huerta
volcamos las bolsas
sobre la tierra
y colocamos
los playmobil
frente al muro
en varias filas
nos alejamos
unos metros
y apuntamos
con las carabinas
están resignados
pero sus miradas
quieren recordarnos
los buenos momentos
pasados
--gracias por todo, les digo--
comenzamos
a disparar
saltan por el aire
algunas pelucas
y algunos brazos
uno tras otro
van cayendo
hasta acabar
con el último
en una sola tarde
toda nuestra infancia
fusilada
III
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
mi vida es una concatenación
de movimientos
que yo ejecuto sin saberlo
que me ejecutan sin saberlo
pero nunca pierdo mi estúpida sonrisa
EJEMPLO DEL COMPORTAMIENTO, PERSISTENCIA Y PROPAGACIÓN DEL FRÍO
Dije que yo allí
no entraba
ni en broma
Habían terminado
una autopsia
y teníamos que meter
el cuerpo en la caja
Me dijeron
que no me preocupase
y me llevaron
por un laberinto
de pasillos
hasta
la maldita sala
Nada más entrar
un fuerte olor a carne
cruda
me llenó la boca
de náuseas
Había un hombre inmenso
completamente desnudo
tendido sobre una
mesa metálica
Me dieron unos guantes
de látex
que me puse
mientras tragaba saliva
para frenar las arcadas
"Venga coge"
Cogí de una pierna
y
un latigazo de hielo
me recorrió todo
el cuerpo
Lo metimos con
mucho esfuerzo
y lo llevamos
a una sala
enmoquetada
Al terminar,
fui corriendo
hacia el lavabo,
con las manos
alejadas del cuerpo,
como si no fueran
mías
Me quité los guantes
y me lavé con jabón
y agua muy caliente
varias veces
Pero no había manera
El frío seguía allí,
cada vez más adentro
Cada vez
más lejos
de las manos
I
el niño sin rostro
juega con sus playmobil
les cambia las pelucas
y los gorros cuando quiere
en sus manos rígidas
les pone
armas
alimentos
herramientas
los coloca en filas
organiza sus cometidos
les dice cuál es la hora
de la comida
les hace luchar
los derriba
los reconcilia
si se enfada los pisa
los playmobil jamás
protestan
cuando se cansa
los mete en una caja
y los guarda bajo la cama
allí todos buscan su tacto
plastificado
su mirada fija
no se preguntan ni esperan
nada
pero nunca pierden su estúpida
sonrisa
II
¿qué podemos hacer con ellos?
hay dos bolsas
de la compra
hasta los topes
olvidadas encima
del armario
-tengo una idea,
vamos a la huerta
volcamos las bolsas
sobre la tierra
y colocamos
los playmobil
frente al muro
en varias filas
nos alejamos
unos metros
y apuntamos
con las carabinas
están resignados
pero sus miradas
quieren recordarnos
los buenos momentos
pasados
--gracias por todo, les digo--
comenzamos
a disparar
saltan por el aire
algunas pelucas
y algunos brazos
uno tras otro
van cayendo
hasta acabar
con el último
en una sola tarde
toda nuestra infancia
fusilada
III
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
seis y cuarto suena el despertador
me levanto como un zombi
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy en el bus del trabajo
no soy el dueño de mis actos
cuando quiero darme cuenta
estoy de vuelta en casa
no soy el dueño de mis actos
mi vida es una concatenación
de movimientos
que yo ejecuto sin saberlo
que me ejecutan sin saberlo
pero nunca pierdo mi estúpida sonrisa
EJEMPLO DEL COMPORTAMIENTO, PERSISTENCIA Y PROPAGACIÓN DEL FRÍO
Dije que yo allí
no entraba
ni en broma
Habían terminado
una autopsia
y teníamos que meter
el cuerpo en la caja
Me dijeron
que no me preocupase
y me llevaron
por un laberinto
de pasillos
hasta
la maldita sala
Nada más entrar
un fuerte olor a carne
cruda
me llenó la boca
de náuseas
Había un hombre inmenso
completamente desnudo
tendido sobre una
mesa metálica
Me dieron unos guantes
de látex
que me puse
mientras tragaba saliva
para frenar las arcadas
"Venga coge"
Cogí de una pierna
y
un latigazo de hielo
me recorrió todo
el cuerpo
Lo metimos con
mucho esfuerzo
y lo llevamos
a una sala
enmoquetada
Al terminar,
fui corriendo
hacia el lavabo,
con las manos
alejadas del cuerpo,
como si no fueran
mías
Me quité los guantes
y me lavé con jabón
y agua muy caliente
varias veces
Pero no había manera
El frío seguía allí,
cada vez más adentro
Cada vez
más lejos
de las manos