Música Clásica de Cine. Manchester frente al Mar y Haendel.

Hay bastante Música Clásica en Manchester frente al Mar. Curiosamente, toda ella Barroca (la música, no la película). No sé si significa algo más allá de los gustos musicales del director Kenneth Lonergan, un señor que ha realizado una de las películas favoritas para los próximos Oscar de Hollywood. También hay música minimalista de Lesley Barber, porque de todo tiene que haber en la viña del Señor, pero ya saben que, en general, los minimalistas no son bienvenidos en nuestro blog (de hecho, acabo de firmar un decreto prohibiendo a los países minimalistas que sus pobres lean mi blog).

Hoy quiero volver a disfrutar de una cortita pieza musical que hace muchos años que no revisaba porque pertenece a una de esas obras que uno escucha decenas de veces en su juventud melómana para luego archivarlas en la fonoteca en la categoría de Grandes Obras Maestras que ya se han escuchado muchas veces. Estoy hablando de  El Mesías (1741) de Haendel

El Mesías es un oratorio. Un oratorio es como una ópera pero de temática religiosa, sin representación y en formato Concierto. El Mesías es una obra densa y larga (más de dos horas) a la que los melómanos se acercan, en primera instancia, escuchando alguna selección de sus mejores momentos. Entre todos ellos destaca su celebérrimo Aleluya (que aparece transcurrida más de una hora y media). Pero Aleluya aparte, como todos se pueden imaginar, en esas dos horas de rezos (algunos soporíferos) hay momentos que también comparte cima musical con el famosos coro.

En Manchester frente al Mar suena uno de esos momentos. Puede que sea el más bizarro de la obra porque parece no encajar del todo con el tono general. Es un interludio de poco más de dos minutos titulado Pifa (no metan “pifa” en el google translate que no les devolverá nada aparte de una chorrada en chino que nada tiene que ver, obviamente). Pifa vine a ser "gaita". Y evoca el ritmo continuo que impone este instrumento y que Handel asigna al momento ése en que los pastorcillos de Belén se alegran mucho porque ha nacido el Hijo de Dios que a ellos les sirvió de poco pero que, al menos, les sacó de la monotonía (un poco como los populismos de ahora). Por eso Pifa suena tan hermosamente pastoril. En fin, que es un villancico en toda regla.

Disfruten de esta bucólica – italo – germano – piadosa música que adorna, maravillosamente bien, una breve escena de una buena película: Manchester frente al Mar (otro día hablamos de ella).

Con todos ustedes, Pifa, Sinfonía Pastoral, de Haendel.
(venga, que son tres minutos; 
son ustedes más tontos que Mozart o qué?).

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