El pan nuestro de cada día
Las mujeres se sientan detrás de sus sueños a esperar por los hombres
y los hombres no vienen.
Las mujeres les quitan la cáscara,
les echan sal y azúcar,
los ponen al fuego,
les dan vuelta y vuelta.
Y los hombres no vienen.
Y se pasan, se pasan...
Y los sacan del horno.
Y se van hasta el patio.
Y se los comen.
Solas.