La risa de Manfred, la altura y desconfianza de Reynaldo Jiménez, el sueño de Andrea al habitar una ciudad de 25 millones de subterráneos, un viaje de 1100 km realizado en una hora constituyen un tokonoma desquiciante y que elude la totalidad. La bitácora de desconciertos e inestabilidades que lleva Medo ¿es la infancia desconocida, por imposible, de su madre? ¿Quién es Medo en esta irrupción de identidades? ¿El presentador irónico de un Reality Show donde la poesía, ese objeto al que le salen vasos e insectos del estómago, se tacha en el momento mismo de la lectura? ¿Qué es lo que se propone Medo? Quebrar nuestra pereza, nuestra curiosidad de decibeles líricos. Construir un lego de tiempo. Una geografía de los continentes que surgirán en los próximos siglos.
"Esto lo recuerdo cada vez que me acerco a la puerta
para oír al futuro precipitándose en una acción
calculada y, a tal velocidad, que el mañana aparece
sin los contenidos necesarios para ser confiable
para oír al futuro precipitándose en una acción
calculada y, a tal velocidad, que el mañana aparece
sin los contenidos necesarios para ser confiable
Nos sucedió igual cuando tocó estructurar el pasado
Esto poco le incumbe al barrio
Oscurece, los estudiantes dejan las botellas
vacías de algo que huele a adulterado, y yo
me descubro como alguien verosímil, sólo
por el hecho de haber llegado de otro siglo
vacías de algo que huele a adulterado, y yo
me descubro como alguien verosímil, sólo
por el hecho de haber llegado de otro siglo
El barrio oscurece, “oscuro” redundó el bolero
que escucho ante la ausencia de un soundtrack,
que escucho ante la ausencia de un soundtrack,
¿Puedo adjetivar contemporáneo? al menos
con qué celebrar la fiesta,
como la llaman ellos
con qué celebrar la fiesta,
como la llaman ellos
Explico a las moscas:
“el licor no huele a amoníaco,
es otra cosa”"
es otra cosa”"
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