y no trae tus ojos?
¿Si se encasquilla en el pasado
el arma cargada de futuro?
¿Qué pasará, caminante,
si al andar se deshace el camino?
¿Si me preguntas qué es poesía,
clavando tu pupila en mi pupila azul
y te arranco los ojos?
¿Qué pasará, de qué habremos servido?
¿A quién o qué habremos salvado, vencido?
¿Qué habrás conseguido
cuando un estudiante memorice
tus engoladas odas sin haberse estremecido?
Cuando ni tú mismo te entiendas.
¿Cuando el amigo de tu amigo deje de ser tu amigo?
¿Cuando el único que te nombre sea el hambre?
Cuando pases de moda
y los cazadores de sombras
pongan el ojo a visor en la siguiente niña
que se haga la poesía encima.
Y los turistas abandonen tu pelo
para irse a Benidorm a leer a García Montero.
Cuando en tu reducido círculo sagrado
underground y revolucionario
solo encuentres el espejo odiado
y te reflejes burocrático funcionario
sellando carnets de poetiso o poeta.
Cuando termines de fumarte el callejero
y el realismo sucio te quede como los chorros del oro.
Cuando al levantar las pizarras
las sostengan rostros desconocidos.
Cuando la polipoesía
realice una redada en las redes.
Cuando la Perfopoesía
acabe perforándote las sienes.
Busco un poema, solo uno,
alquimia definitiva del verbo
que demuestre que he vivido.
Vamos los poetas.
Vamos las de la experiencia,
los intensos, las de la conciencia,
los de barra y bragas,
los exquisitos eruditos academicistas.
Vamos los poetas analfabetos
que jamás escribieron una puta palabra
pero hacen poesía
al levantarse cada maldito día.
Vamos con poemas piedra,
vamos a saltar juntos
y mover el eje de la tierra
como poetas chinos presos.
No vamos a cambiar el mundo
pero vamos a hacer el gesto.
Contra el triunfo
de los subsecretarios
de los fondos monetarios
de los presidentes de comunidad de vecinos
de los miembros del APA
de la fundación Faescinco Franco
de la herrumbre de los lunes
en el congreso de diputados
de los premios literarios
de los dirigentes indigestos teledirigidos.
Vamos
con metáforas como puños
con verdades como templos profanados.
Vamos
a hacer girar la tierra 360 grados
a ver si al volver al mismo punto
vomita lo mareado.
Vamos a gritar como poetas afganas.
Vamos sublimes y humildes.
Vamos distintos di-versos equi-distantes.
Vamos bardos bastardos de todas las madres.
Vamos en este preciso instante.
Vamos…
Vamos…
Vamos…
A no ser, claro, que prefiráis teorizar
sobre si esto es o no es
poesía.
Javier Vayá Albert