andaba sentado fumando un cigarro.
Hacía tiempo que no lo veía,
el paso de los años
no lo había tratado demasiado bien;
la heroína sabe hacer mejor que nadie su trabajo.
Charlamos un rato,
con la complicidad de los viejos tiempos.
Nos despedimos.
Mientras me alejaba,
pude oír mis pasos
cada vez más lejos
del que fui,
sintiéndome a salvo
de mí mismo.
Óscar Alonso Pardo