En España Fernando Fernán-Gómez ha sido un hombre muy famoso, tanto como actor como director y es difícil leer su obra sin que nos influya lo que pensamos del propio autor, no como autor, sino como personaje público. Su figura ha sido controvertida pero su calidad literaria es indudable, recordemos que fue Académico de la Lengua de una manera merecida y no como, a mi parecer, Soledad Puértolas o Arturo Pérez Reverte, que no sé qué pintan ahí.
Oro y hambre es, como se nos dice en el prólogo, un compendio de guiones para una serie de televisión famosa en su momento (unos treinta años atrás), basada en Lucas, el protagonista, lo que la convierte en un refrito, motivo por el cual la encuentro algo deslavazada y con un final precipitado. Esto, que es una opinión personal, resulta de la dificultad de escribir cambiando el género a mitad de camino. Es probable que hubiera tenido mejor resultado si hubiera escrito de nuevo los textos en lugar de refundirlos, ya que las diferencias entre un guión y una novela corta son evidentes.
Con todo, es una novela breve y divertida pero con enjundia, donde queda perfectamente retratada la sociedad de la época, el Siglo de Oro español, el XVII, con una atmósfera bien recreada, dada la vasta cultura de Fernán-Gómez, que seguro leyó a los grandes autores y las grandes obras como El Buscón, Guzmán de Alfarache, El Lazarillo y otras tantas que han conformado la figura típica del pícaro y que comenzaron en el siglo anterior. Os dejo un enlace por si queréis ahondar en el fascinante tema de la picaresca y sus inicios. Con toda la corrupción que campa en España se suele utilizar el carácter picaresco español pero, nótese, que los que roban nuestro país con total impunidad son, en su mayor parte, ricos, cruel diferencia con nuestro personaje principal.
Fernando-Fernán-Gómez utiliza la figura de las memorias de Lucas, supuestamente propiciadas por un fraile que le ayuda y le anima por curiosidad malsana ante esa vida de viajes y aventuras que, más bien, es de dar tumbos y desventuras, de hambre, palizas, estafas, traiciones y huidas para salvar la vida. Por ingenio que no quede, pero de eso no se vive y, mucho menos, bien.
Me ha hecho mucha ilusión leer esta obra, porque me ha traído recuerdos de mi niñez, cuando en televisión española había series de gran calidad, que mostraban un pedazo de nuestra historia e idiosincrasia. Aunque, bien pensado, éramos aquellos y somos estos. La picaresca ha variado lo justo. Los que pasan hambre y palos son los de siempre y los de siempre se llevan el oro, quizás no en cofres, sino en cuentas en Delaware o Suiza. Siempre es bueno que nos recuerden lo miserables que somos para que no se nos suba a la cabeza esto de la clase media, ya en peligro de extinción. En especial, si está tan bien escrito y con tanto conocimiento de la historia, de la literatura y de la lengua españolas. Un lujo.
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