Hago algunos anuncios en la entrada de hoy. En primer lugar, de nuevo me he quedado a las puertas de ganar el concurso literario internacional de la agencia Punctum, en esta ocasión con Duermevela, mi obra todavía inédita. La vencedora ha sido una novela italiana. De todos modos, siempre se agradece que un jurado profesional valore tu trabajo. Además, soy consciente de que Duermevela no es el paradigma de novela premiable, ya que es demasiado larga para ser corta y demasiado extensa para ser breve. Vive en la indefinida frontera entre novela y nouvelle. Aún no he decidido si la enviaré a más concursos o si volveré a optar por autopublicarme en Amazon, como ya hice con buenos resultados con Desconexión, mi primera novela.
Por otro lado, este mes he avanzado bastante en la revisión de mis cuentos. He corregido ya más de una tercera parte y creo que el resultado va a ser mayor (en extensión y también en ambición literaria) que mi primer libro de relatos, Juicio a un escritor. Estoy releyendo a maestros del género como Hemingway, García Márquez u Onetti con la esperanza de que me influyan sin absorberme. Es un género que me gusta mucho, tanto para leer como para escribir, y me alegra recuperarlo después de un periodo más enfocado en las novelas.
Por último, pero no menor, estoy encantado de participar en el evento bautizado como Cuentos en un cuenco, una especie de competición amistosa que celebra el legendario arte de contar una historia. Espero no hacer un papel demasiado pésimo. Si estáis libres este viernes en Barcelona a partir de las 20:00 horas, os invito a pasaros por la librería Caníbal. La organizadora es una poeta y amiga cuyo blog, Perceber os Pássaros, también os animo a descubrir (sobre todo si entendéis algo de portugués, pero visitadlo de todas formas). ¡Nos vemos!