1
A Alberto Ramponelli
Pienso en tu muerte,
la paso de una mano a la otra como si pudiera jugar con el destino.
Y te pregunto:
qué es el destino,
en qué corazón bellísimo te dejó atorado
ahora que no podés volver,
ahora que las agujas del reloj saben
cuánto pesaban tus huesos.
2
Había una vez una mujer
en medio del desierto.
Tener sed es un templo
donde nace o muere la fe,
donde se abre paso al puñado de noches
que piden
que imploran
un dolor nuevo
donde abrir la boca.
3
Universo.
La palma de la mano sosteniéndolo
como si estuviera en ruinas
siempre a punto de caerse.
Universo: la palma de la mano de mi hija
haciendo hueco
para la luz y la sombra,
para el cristal por donde se filtra el poema
como un nacimiento atroz.
Tiempo y materia
sostenidos en el pequeño cuenco
brillando como el latigazo
de
la
belleza.