Tarde de frío y lluvia. Ismael no nos da calabazas y nos acoge en su manto de terror por unas horas, sin anestesia y con su monstruo acechando en la mesa contigua. Martínez Biurrun (Pamplona, 1972) es uno de los autores más reconocidos del nuevo género fantástico español. Licenciado en Periodismo, trabajó como guionista antes de dedicarse en exclusiva a la escritura. Ha publicado las novelas Infierno nevado (Equipo Sirius, 2006), Rojo alma, negro sombra (451 editores, Premio Celsius de la Semana Negra de Gijón a la mejor obra fantástica de 2009 y Premio Nocte de la Asociación Española de Escritores de Terror) y Mujer abrazada a un cuervo (Salto de Página, 2010), con la que obtuvo de nuevo el Premio Celsius en 2011. Ha participado con sus relatos en las antologías Visiones (AEFCFT, 2006), Hombre Lobo (451 editores, 2008) y Aquelarre. Antología del cuento de terror español actual (Salto de Página, 2010). El escondite de Grisha es su cuarta novela (fuente saltodepagina.com). En 2017 saldrá a la venta su nueva publicación Nebulosa, con la editorial Valdemar.
1.- En este mes del terror, queríamos hablar con Ismael Martínez Biurrun, dos veces finalista del premio Ignotus, y del premio Celsius. Tú que te mueves por lo oscuro, ¿cuáles son las características del género de terror en la actualidad en España?
No sé puede hablar del género de terror en España como algo homogéneo. Somos una veintena de autores y cada uno escribe a su manera. No creo que haya una corriente común, aunque todos nos conocemos porque es un mundillo muy pequeño. Javier Calvo, en Jot Down, aportó el término de nueva narrativa extraña para los autores jóvenes que están publicando fantástico ahora mismo, pero él mismo reconocía que no reunían las suficientes características en común para considerarse una «generación». Dentro de esa etiqueta «narrativa extraña» cabría casi cualquier texto no realista hecho con libertad total y sin miedo a la mezcla de géneros, sobre todo. Más allá de eso, cada autor ensaya sus experimentos por su cuenta, sin encomendarse a dios ni al diablo.
No sé puede hablar del género de terror en España como algo homogéneo. Somos una veintena de autores y cada uno escribe a su manera. No creo que haya una corriente común, aunque todos nos conocemos porque es un mundillo muy pequeño. Javier Calvo, en Jot Down, aportó el término de nueva narrativa extraña para los autores jóvenes que están publicando fantástico ahora mismo, pero él mismo reconocía que no reunían las suficientes características en común para considerarse una «generación». Dentro de esa etiqueta «narrativa extraña» cabría casi cualquier texto no realista hecho con libertad total y sin miedo a la mezcla de géneros, sobre todo. Más allá de eso, cada autor ensaya sus experimentos por su cuenta, sin encomendarse a dios ni al diablo.
2.-¿No hay ninguna línea clara entonces?
No, para nada. Porque no ha habido un gran éxito, entonces no te puedes agarrar a eso. No hay una moda, no existe. Ojalá existiera una moda, una novela o un autor que realmente combinara la calidad con los superventas para remover al público y que le picase la curiosidad. En España de calidad literaria vamos muy bien pero de ventas vamos fatal. Supongo que también lo podrán decir los escritores realistas o de otros géneros.
No, para nada. Porque no ha habido un gran éxito, entonces no te puedes agarrar a eso. No hay una moda, no existe. Ojalá existiera una moda, una novela o un autor que realmente combinara la calidad con los superventas para remover al público y que le picase la curiosidad. En España de calidad literaria vamos muy bien pero de ventas vamos fatal. Supongo que también lo podrán decir los escritores realistas o de otros géneros.
3.- Este mes se ha celebrado la Semana Gótica de Madrid, ¿qué representa para la cultura madrileña?
Hay que felicitar a Marjorie Eljach, la directora, y a toda la gente que trabaja con ella, porque a partir de la nada han creado un evento cultural con unas características absolutamente únicas. Aunque dentro de la semana te encuentras charlas de diverso tipo. Yo empecé a participar en la semana gótica desde su primera convocatoria y siempre me he sentido muy cercano. No sé si lo que escribo se puede caracterizar de gótico o no, pero da igual porque en los Encuentros de Literatura importa mucho más la literatura que la pureza del género. Y eso me gusta. Me gustan las charlas donde el público a lo mejor no es muy numeroso pero casi siempre sabe mucho más que tú, porque son verdaderos expertos y amantes del género. Aunque reconozco que hay un 80 % de la semana gótica que no conozco, la estética y la música góticas me resultan un poco más ajenas que el gótico literario.
Hay que felicitar a Marjorie Eljach, la directora, y a toda la gente que trabaja con ella, porque a partir de la nada han creado un evento cultural con unas características absolutamente únicas. Aunque dentro de la semana te encuentras charlas de diverso tipo. Yo empecé a participar en la semana gótica desde su primera convocatoria y siempre me he sentido muy cercano. No sé si lo que escribo se puede caracterizar de gótico o no, pero da igual porque en los Encuentros de Literatura importa mucho más la literatura que la pureza del género. Y eso me gusta. Me gustan las charlas donde el público a lo mejor no es muy numeroso pero casi siempre sabe mucho más que tú, porque son verdaderos expertos y amantes del género. Aunque reconozco que hay un 80 % de la semana gótica que no conozco, la estética y la música góticas me resultan un poco más ajenas que el gótico literario.
4.- Eres un fiel seguidor de Lovecraft, ¿qué te ha aportado a tu manera de escribir?
Posiblemente nada. Yo adoro a Lovecraft, es una rendición incondicional, pero como autor hay muy poco que puedas tomar de él más allá de su mitología, de los dioses y toda la imaginería que inventó. Eso puedes copiarlo y hacerlo a tu manera. Lo que no puedes copiar es su estilo. Es imposible, fue algo excesivo incluso en su época. Era un personaje tan extremo en su forma de escribir que incluso se ha cuestionado y se sigue cuestionando su calidad literaria. Si lo comparas con Poe sale mal parado; el dominio del diálogo, la construcción de escenas, la psicología de los personajes. Pero Lovecraft renuncia a todo esto de una forma voluntaria, es una puesta totalmente extrema y personal. Lovecraft tenía muy claro que él no buscaba el éxito comercial, o al menos eso decían sus cartas. Él buscaba una forma estética completamente radical que creía que era la única en la que podía transmitir emociones de terror cósmico. Él renunciaba a toda psicología humana, no le interesaban para nada los asuntos terrenales, las relaciones sentimentales, el sexo ni el dinero, los dos asuntos principales de los que trata el resto de la literatura. Solo le interesaba la mente humana confrontada contra el abismo de lo no humano.
Posiblemente nada. Yo adoro a Lovecraft, es una rendición incondicional, pero como autor hay muy poco que puedas tomar de él más allá de su mitología, de los dioses y toda la imaginería que inventó. Eso puedes copiarlo y hacerlo a tu manera. Lo que no puedes copiar es su estilo. Es imposible, fue algo excesivo incluso en su época. Era un personaje tan extremo en su forma de escribir que incluso se ha cuestionado y se sigue cuestionando su calidad literaria. Si lo comparas con Poe sale mal parado; el dominio del diálogo, la construcción de escenas, la psicología de los personajes. Pero Lovecraft renuncia a todo esto de una forma voluntaria, es una puesta totalmente extrema y personal. Lovecraft tenía muy claro que él no buscaba el éxito comercial, o al menos eso decían sus cartas. Él buscaba una forma estética completamente radical que creía que era la única en la que podía transmitir emociones de terror cósmico. Él renunciaba a toda psicología humana, no le interesaban para nada los asuntos terrenales, las relaciones sentimentales, el sexo ni el dinero, los dos asuntos principales de los que trata el resto de la literatura. Solo le interesaba la mente humana confrontada contra el abismo de lo no humano.
Cthulhu |
5.- Una de las lecturas obligatorias en países de habla inglesa es El señor de los anillos, 1984 o Los juegos del hambre. ¿Dónde quedan esos géneros de terror, fantasía o ciencia ficción en los planes de estudio escolares de nuestro país?, ¿por qué tenemos esa gran diferencia y qué supone para nosotros?
1984 lo tiene todo. Es una novela de ciencia ficción y de terror, no hay nada más terrorífico que lo que presenta. Literariamente es de un nivel increíble. Novelas como Los juegos del hambre funcionan muy bien para enganchar a la lectura, lo sé porque mis hijos también las han leído y les han encantado. Pero es verdad que hay muchas lagunas. No sé si Lovecraft sería recomendable, supongo que no, a diferencia de Poe que sería casi obligatorio, igual que Cortázar.
1984 lo tiene todo. Es una novela de ciencia ficción y de terror, no hay nada más terrorífico que lo que presenta. Literariamente es de un nivel increíble. Novelas como Los juegos del hambre funcionan muy bien para enganchar a la lectura, lo sé porque mis hijos también las han leído y les han encantado. Pero es verdad que hay muchas lagunas. No sé si Lovecraft sería recomendable, supongo que no, a diferencia de Poe que sería casi obligatorio, igual que Cortázar.
A nosotros nunca nos recomendaron un libro fantástico en el instituto. En ese sentido soy optimista, y creo que estas generaciones vienen sin esos prejuicios. Harry Potter, por ejemplo, es una maravilla. Yo se lo he leído a mis hijos y ellos lo han releído por su cuenta y me doy cuenta del poder que tiene. Es inmenso. Tienen su complejidad. Cuando dicen que terminan leyendo 50 sombras de Grey ya me preocupa un poco más, porque ha habido una degeneración brutal de calidad literaria. Supongo que cuando se crea el hábito de lectura algo tiene que permanecer. De hecho, creo que sería un error meter a los chavales en el colegio libros muy tochos o densos, creo que es contraproducente.
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6.- ¿Te refieres al Quijote?
Al Quijote le tengo bastante manía. Es obligatorio hablar maravillas del Quijote. Se trata de una novela creada en contra de todas las novelas “imaginativas” de la época —el pulp de entonces eran las novelas de caballería— y es la piedra angular de toda la literatura posterior escrita en este país. Y me da un poco de rabia que sea nuestro referente. Al mismo tiempo Shakespeare estaba escribiendo Hamlet, con una apertura de mente hacia lo fantástico incomparable. Aquí siempre ha habido ese prejuicio hacia lo imaginativo, supongo que herencia de la Iglesia Católica, pero por fin creo todo eso está superado. Solo que ahora mismo estamos en una crisis general de ventas de libros. Cuando la pasemos, habrá que ver cuál es la posición real del género fantástico.
7.- En una entrevista al Cultural dijiste: Yo aspiro a que haya autores netamente fantásticos en España, como hay en otros países (…) nos falta esa referencia. ¿No crees que con la crisis hay decenas de referentes que no han tenido la oportunidad de que les vea una editorial o que no tienen dinero para autopublicarse?, ¿referentes que están pululando por Amazon esperando ser reconocidos?
Es posible. Yo tengo una visión de esto un poco antipática. Creo que hay una sobreoferta de libros de ficción. Cada vez que entro en una librería pienso que para qué voy a seguir escribiendo. Y eso sin mirar a los clásicos, solo novedades. Si entras en Amazon, la oferta es inabarcable. Estoy seguro de que hay grandes joyas, pero, ¿cuál es el filtro?, ¿cuál es la guía que puede servirte para orientarte? Es un océano inmenso. Porque si la guía es Los más vendidos de Amazon, debemos ser conscientes de que esa lista no tiene nada que ver la calidad literaria. También es reseñable el precio ultrabajo o incluso regalado de algunos libros en Amazon, muchos autoeditados, que está generando unos hábitos de lectura nocivos. La gente prefiere leer gratis o casi gratis lo que sea antes de hacer un trabajo más selectivo y pagar por ello. Por eso Amazon no me cae excesivamente simpático, y creo mucho en el filtro de las editoriales. Las editoriales son gente que se equivoca, son gente con intereses personales, a veces de lo más variopintos y discutibles, pero son necesarias, al igual que haya muchas con diversidad de géneros y de estilos. Ese eslabón es fundamental.
Es posible. Yo tengo una visión de esto un poco antipática. Creo que hay una sobreoferta de libros de ficción. Cada vez que entro en una librería pienso que para qué voy a seguir escribiendo. Y eso sin mirar a los clásicos, solo novedades. Si entras en Amazon, la oferta es inabarcable. Estoy seguro de que hay grandes joyas, pero, ¿cuál es el filtro?, ¿cuál es la guía que puede servirte para orientarte? Es un océano inmenso. Porque si la guía es Los más vendidos de Amazon, debemos ser conscientes de que esa lista no tiene nada que ver la calidad literaria. También es reseñable el precio ultrabajo o incluso regalado de algunos libros en Amazon, muchos autoeditados, que está generando unos hábitos de lectura nocivos. La gente prefiere leer gratis o casi gratis lo que sea antes de hacer un trabajo más selectivo y pagar por ello. Por eso Amazon no me cae excesivamente simpático, y creo mucho en el filtro de las editoriales. Las editoriales son gente que se equivoca, son gente con intereses personales, a veces de lo más variopintos y discutibles, pero son necesarias, al igual que haya muchas con diversidad de géneros y de estilos. Ese eslabón es fundamental.
8.- Es imposible leer todo lo que se publica. En España se registra una media de 250 títulos al día. Se edita mucho más de lo que se lee.
Es que las editoriales están enganchadas a un programa viciado que ellas mismas generaron, que consistía en saturar las librerías de papel. Yo te doy 20 novedades y dentro de un mes me las devuelves pero en vez de pagarte por esas devoluciones, lo que hago es que te doy otras 20, y van pagando así con papel. Es una forma de hacer una bola gigante que en algún momento puede estallar, y ya está estallando. Es un sistema insostenible y encima no permite que ningún libro pueda calar, porque la rapidez con la que se van sustituyendo unos papeles con otros no da tiempo a que alguien pueda ser descubierto si no lleva detrás una gran campaña promocional.
Es que las editoriales están enganchadas a un programa viciado que ellas mismas generaron, que consistía en saturar las librerías de papel. Yo te doy 20 novedades y dentro de un mes me las devuelves pero en vez de pagarte por esas devoluciones, lo que hago es que te doy otras 20, y van pagando así con papel. Es una forma de hacer una bola gigante que en algún momento puede estallar, y ya está estallando. Es un sistema insostenible y encima no permite que ningún libro pueda calar, porque la rapidez con la que se van sustituyendo unos papeles con otros no da tiempo a que alguien pueda ser descubierto si no lleva detrás una gran campaña promocional.
9.- ¿Por qué escribes terror? Solemos asociar el contenido con el interior de las personas, ¿alguien te ha insinuado que eres una persona atormentada por el género que empleas?
Escribo terror porque desde el principio era lo que me gustaba: leer, escribir y ver cine del género. Quizá de una forma obsesiva (risas). Pero realmente no sé por qué. Debería psicoanalizarme pero no lo voy a hacer, porque puede que eso sea malo para mi escritura. No me considero para nada una persona oscura ni perturbada, aunque las bromas sobre la salud mental de los autores de horror son recurrentes. Pero es curioso lo que dices, porque no está clara la correlación entre el carácter y el género que uno escribe. En el caso de Poe parece más evidente porque parece que tuvo una vida bastante complicada. Lovecraft era una persona que no salía de su casa, tenía una vida plácida, al margen de sus estrecheces económicas y de su salud, pero no tuvo realmente grandes emociones ni motivos para ser una persona atormentada. Yo creo que eso posiblemente viene en los genes. Lovecraft me recuerda en esto al Bosco, que tampoco salió de su pueblo, tenía una vida acomodada, y mira lo que llegó a salir de su cabeza. No está claro cómo funciona esa alquimia monstruosa, pero algo torcido debe haber. Prefiero no investigar.
Escribo terror porque desde el principio era lo que me gustaba: leer, escribir y ver cine del género. Quizá de una forma obsesiva (risas). Pero realmente no sé por qué. Debería psicoanalizarme pero no lo voy a hacer, porque puede que eso sea malo para mi escritura. No me considero para nada una persona oscura ni perturbada, aunque las bromas sobre la salud mental de los autores de horror son recurrentes. Pero es curioso lo que dices, porque no está clara la correlación entre el carácter y el género que uno escribe. En el caso de Poe parece más evidente porque parece que tuvo una vida bastante complicada. Lovecraft era una persona que no salía de su casa, tenía una vida plácida, al margen de sus estrecheces económicas y de su salud, pero no tuvo realmente grandes emociones ni motivos para ser una persona atormentada. Yo creo que eso posiblemente viene en los genes. Lovecraft me recuerda en esto al Bosco, que tampoco salió de su pueblo, tenía una vida acomodada, y mira lo que llegó a salir de su cabeza. No está claro cómo funciona esa alquimia monstruosa, pero algo torcido debe haber. Prefiero no investigar.
10.- Eres autor de novelas de terror como Infierno Nevado, Mujer abrazada a un cuervo o El escondite de Grisha, aunque es cierto que mezclas varios géneros: policíaco o ciencia ficción. ¿Qué temas son los que tratas en tus libros?
A la hora de escribir no me planteo qué género o qué fronteras voy a transitar. En la última novela, Un minuto antes de la oscuridad, el elemento de la ciencia ficción cobra un peso mayor, pero realmente yo no me lo planteo. Lo que me interesa es poner personajes con los que el lector pueda identificarse, en situaciones domésticas o reconocibles para el lector, y a partir de ahí les empieza a suceder algo extraño. Ese es el planteamiento del relato clásico fantástico: de cómo lo extraordinario irrumpe en lo ordinario. Sí que hay temas recurrentes, como el de la paternidad y la relación con padres e hijos, de familia y de pareja, pero no sé si es un tema o simplemente mi forma de abordar todos los temas. No tengo muy claro cuál es la espiral de pensamientos que se genera en la cabeza a la hora de crear. Yo dejo que mi cerebro funcione por libre y vaya sacando las historias por donde quiera. Habitualmente se dice que una historia surge cuando se combinan dos ideas que en principio no tienen nada que ver, pero que andan por ahí, como dos átomos en la cabeza y en un momento dado colisionan.
A la hora de escribir no me planteo qué género o qué fronteras voy a transitar. En la última novela, Un minuto antes de la oscuridad, el elemento de la ciencia ficción cobra un peso mayor, pero realmente yo no me lo planteo. Lo que me interesa es poner personajes con los que el lector pueda identificarse, en situaciones domésticas o reconocibles para el lector, y a partir de ahí les empieza a suceder algo extraño. Ese es el planteamiento del relato clásico fantástico: de cómo lo extraordinario irrumpe en lo ordinario. Sí que hay temas recurrentes, como el de la paternidad y la relación con padres e hijos, de familia y de pareja, pero no sé si es un tema o simplemente mi forma de abordar todos los temas. No tengo muy claro cuál es la espiral de pensamientos que se genera en la cabeza a la hora de crear. Yo dejo que mi cerebro funcione por libre y vaya sacando las historias por donde quiera. Habitualmente se dice que una historia surge cuando se combinan dos ideas que en principio no tienen nada que ver, pero que andan por ahí, como dos átomos en la cabeza y en un momento dado colisionan.
11.- Creo que la sensación de terror es una de las más difíciles de conseguir por parte del lector. ¿Con qué novelas has sentido realmente miedo?
Hay que renunciar a competir con el cine. La capacidad del susto es casi imposible, puedes conseguir ciertos sobresaltos si sorprendes al lector con un giro inesperado. Pero sí se puede generar, y en ese sentido es más profundo que el cine, cierto estado de inquietud. Cuando lees, todo tiene que pasar por tu intelecto, no va directamente a los sentidos como en el cine, y a través del intelecto sí se puede generar una ansiedad que es más profunda y perturbadora. Hay casos particulares como La semilla del diablo, que tanto la novela de Ira Levin, como la película de Polanski están muy bien sincronizadas y transmiten una sensación muy parecida de ansiedad. Eso se hace con situaciones, diálogos o con pequeños detalles, gestos. Lovecraft, de una manera completamente distinta, generaba una atmósfera estremecedora, y sí puedo decir que me dio miedo cuando lo leí. Las montañas de la locura es el relato más largo que escribió; te va contando una expedición por la Antártida de una forma muy minuciosa, detallada, plomiza, pero te llena la cabeza, te hipnotiza con su lenguaje recargado. Estás ya dormido, como en otra dimensión, y entonces es cuando te saca sus criaturas. Stephen King y los escritores posteriores somos más esclavos de crear escenas con los recursos de tensión como en el cine. Metes un elemento de suspense, lo dejas un poco oculto y lo vuelves a sacar después. Tienes que jugar con lo que se ve y con lo que no se ve, con lo que el lector sabe y con lo que no sabe.
12.- ¿Cuáles son las mayores diferencias del terror de antes y del terror de ahora?
La influencia del cine ha cambiado nuestra forma de escribir. Yo escribo de una manera muy cinematográfica, entre comillas claro, porque me gusta la tensión en la escena y la narración en tiempo real. Después de King se ha convertido casi en obligatorio el show, don’t tell: muéstramelo, no me lo cuentes, no me lo resumas. Ahora, por ejemplo, casi todas estas novelas juveniles que están muy de moda como Los juegos del hambre o Divergente, están escritas en tiempo presente y tienen un ritmo muy cinematográfico. El tiempo presente parece más efectista porque está sucediendo ya, es más directo.
La influencia del cine ha cambiado nuestra forma de escribir. Yo escribo de una manera muy cinematográfica, entre comillas claro, porque me gusta la tensión en la escena y la narración en tiempo real. Después de King se ha convertido casi en obligatorio el show, don’t tell: muéstramelo, no me lo cuentes, no me lo resumas. Ahora, por ejemplo, casi todas estas novelas juveniles que están muy de moda como Los juegos del hambre o Divergente, están escritas en tiempo presente y tienen un ritmo muy cinematográfico. El tiempo presente parece más efectista porque está sucediendo ya, es más directo.
13.- ¿Crees que escribir en primera persona es la forma más cercana de contactar con el lector?
Sí, posiblemente, pero a mí me parece la más difícil. Yo la he utilizado un par de veces; pero da miedo, porque meterse en la mente de un personaje es muy exigente. Si quieres hacerlo bien, si quieres crear una psicología compleja y creíble, te lo tienes que trabajar.
Sí, posiblemente, pero a mí me parece la más difícil. Yo la he utilizado un par de veces; pero da miedo, porque meterse en la mente de un personaje es muy exigente. Si quieres hacerlo bien, si quieres crear una psicología compleja y creíble, te lo tienes que trabajar.
14.- Castillos encantados, vampiros que viajan en calesas, ¿con qué clásico de terror te quedas?
No soy muy de castillos y calesas… Si vamos a los clásicos, y por no volver a citar a Lovecraft, me quedo con uno de sus precursores, William H. Hodgson. Recuerdo el impacto que me causó cuando leí por primera vez La casa en el confín de la tierra. Una experiencia alucinante y alucinógena.
No soy muy de castillos y calesas… Si vamos a los clásicos, y por no volver a citar a Lovecraft, me quedo con uno de sus precursores, William H. Hodgson. Recuerdo el impacto que me causó cuando leí por primera vez La casa en el confín de la tierra. Una experiencia alucinante y alucinógena.
15.- Hay novelas con historia, como Rojo alma, negro sombra. De su descatalogación a cotizarse en Amazon por 45 €. ¿Qué pasó con esa novela? ¿Por qué está tan sobrevalorada según su precio? ¿Tienes lectores que te preguntan si tienes el libro?
Con la desaparición de la editorial 451 fue un libro casi imposible de encontrar, ni siquiera pirateado. Por suerte eso ha cambiado gracias a Gigamesh, que desde Barcelona están sirviendo otra vez el libro a toda España. Es una novela a la que tengo un cariño especial, suponía un cambio radical respecto a Infierno nevado, y el hecho de que fuera avalada por un editor como Javier Azpeitia en su momento me dio todas las fuerzas que me faltaban para seguir dedicándome a esto de escribir.
Con la desaparición de la editorial 451 fue un libro casi imposible de encontrar, ni siquiera pirateado. Por suerte eso ha cambiado gracias a Gigamesh, que desde Barcelona están sirviendo otra vez el libro a toda España. Es una novela a la que tengo un cariño especial, suponía un cambio radical respecto a Infierno nevado, y el hecho de que fuera avalada por un editor como Javier Azpeitia en su momento me dio todas las fuerzas que me faltaban para seguir dedicándome a esto de escribir.
16.- Un minuto antes de la oscuridad narra la situación de un Madrid catastrófico lleno de vandalismo. Dinos, en una visión fantástica, ¿cómo ves España en el año 2050?
Ni idea. Aquí tengo que recurrir a la manida frase de Bradbury, cuando decía que él no escribía para predecir el futuro, sino para prevenirlo. Todas estas pesadillas apocalípticas que inundan la ficción contemporánea deben surgir de algún sentimiento de culpa de nuestra cultura, una especie de fantasía masoquista de castigo, porque sabemos que nuestro bienestar tiene un precio y no está garantizado, en cualquier momento podría terminarse. Más allá de esta intuición de alerta ante un posible colapso, yo soy optimista. Habrá colapsos, sin duda. Quizá nuestros hijos vivan peor que nosotros, o incluso mucho peor si las cosas no cambian. Pero no creo que terminen empujando un carrito de supermercado por un paisaje lleno de cenizas y caníbales, por decirlo así.
Ni idea. Aquí tengo que recurrir a la manida frase de Bradbury, cuando decía que él no escribía para predecir el futuro, sino para prevenirlo. Todas estas pesadillas apocalípticas que inundan la ficción contemporánea deben surgir de algún sentimiento de culpa de nuestra cultura, una especie de fantasía masoquista de castigo, porque sabemos que nuestro bienestar tiene un precio y no está garantizado, en cualquier momento podría terminarse. Más allá de esta intuición de alerta ante un posible colapso, yo soy optimista. Habrá colapsos, sin duda. Quizá nuestros hijos vivan peor que nosotros, o incluso mucho peor si las cosas no cambian. Pero no creo que terminen empujando un carrito de supermercado por un paisaje lleno de cenizas y caníbales, por decirlo así.
17.- ¿Se puede vivir de la literatura en este país?
No. Se puede llegar a vivir de fabricar libros, pero no entendidos como obra literaria sino como producto comercial. Si te empeñas, si estudias las tendencias y escribes el tipo de historias que se demandan en un momento dado, puede que ganes algo de dinero. Pero si hablamos de literatura, de intentar escribir el mejor libro posible al margen de corrientes y modas, no, no hay forma de monetizar eso. Y tal vez sea mejor así, desde un punto de vista creativo. Cuando renuncias al éxito comercial (y no digo que yo lo haya hecho, jaja) se abre ante ti una libertad creativa absoluta y entonces puedes demostrar de verdad hasta dónde llega tu genio.
No. Se puede llegar a vivir de fabricar libros, pero no entendidos como obra literaria sino como producto comercial. Si te empeñas, si estudias las tendencias y escribes el tipo de historias que se demandan en un momento dado, puede que ganes algo de dinero. Pero si hablamos de literatura, de intentar escribir el mejor libro posible al margen de corrientes y modas, no, no hay forma de monetizar eso. Y tal vez sea mejor así, desde un punto de vista creativo. Cuando renuncias al éxito comercial (y no digo que yo lo haya hecho, jaja) se abre ante ti una libertad creativa absoluta y entonces puedes demostrar de verdad hasta dónde llega tu genio.
18.- Ahora imaginemos una utopía, ¿cómo te gustaría que fuese el sector del libro en España en 2020 (librerías, lectores, editoriales…?
La desaparición de librerías ha sido una tragedia, un agujero abierto justo en el medio de la cadena que une al escritor con el lector. Mientras los libros sigan recluidos en un rincón de los grandes centros comerciales, o solo a través de la venta por internet, no habrá muchas posibilidades de que mejore el panorama literario. Por suerte creo que eso está empezando a cambiar, y se están abriendo nuevas librerías, cada una con su personalidad, como debe ser, con un librero dispuesto a aconsejarse según su criterio… En fin, en mi modesta utopía me conformaría con que todas estas nuevas librerías se consolidasen y se abrieran muchas más. Luego el talento ya corre por cuenta de los autores, claro.
19.- Pasemos al cine unos instantes. ¿Qué libro de terror consideras como una de las mejores adaptaciones al celuloide?
Me debato entre La semilla del diablo, de Levin/Polanksi, y El resplandor, de King/Kubrick. En el primer caso fue una adaptación literal que captaba exactamente el espíritu y la letra del libro. En el segundo caso, Kubrick hizo lo que le salió de las narices, pero resultó ser una genialidad.
20.- Mes de Halloween, ¿qué libro de terror nos recomendarías escrito por una mujer?
Me debato entre La semilla del diablo, de Levin/Polanksi, y El resplandor, de King/Kubrick. En el primer caso fue una adaptación literal que captaba exactamente el espíritu y la letra del libro. En el segundo caso, Kubrick hizo lo que le salió de las narices, pero resultó ser una genialidad.
20.- Mes de Halloween, ¿qué libro de terror nos recomendarías escrito por una mujer?
Para mí ha sido toda una revelación, Starobinets es una joven autora rusa que se mueve entre la ciencia ficción y el terror, pero desde una perspectiva muy personal. Este libro en concreto contiene la historia que más me ha estremecido en los últimos años, precisamente la titulada Una edad difícil.
Entrevista realizada por María Bravo
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