Los ojos abiertos y el puño cerrado, los ojos cerrados y el puño abierto, grito y murmullo, silencio y aullido, la sensación de pisar asfalto cuando el horizonte se abre en un campo amplio donde Todo puede florecer bajo la sombra de la nostalgia y del deseo, de la realidad compacta de las calles, de ropa seca tendida bajo la lluvia, de la vida agazapada y escondida, de la sinrazón y de la fantasía, de los recuerdos embebidos y clavados en la retina del recuerdo, de la distorsión laberíntica y obscena en que se ha convertido la Sociedad, de la Verdad pura, que a veces duele y siempre nos hace abrir los ojos, aunque los mantengamos cerrados.
Él lo dice. Nunca calla.
Puto poeta de grito y murmullo, de silencio y aullido, de voz cabal y verdadera en días en los que se arruina la autenticidad al reflejarse en los escaparates, y que resulta difícil de encontrar aunque se persiga, porque las voces parecen ecos que se mezclan, que se imitan, que se mimetizan, que se confunden, que se apagan antes de prenderse.
Si alguien cree que conoce la Poesía y no se ha asomado al universo de Gsús Bonilla, no conoce nada.
El alma en palabras
se hace Poesía
con tiros de posta.
José G.Cordonié, en Artefactor.