el cuerpo acostado y la habitación a oscuras son una fotografía en blanco y negro
el cuerpo abierto y desnudo como un espejo
el cuerpo aprendió a temblar de la palabra dulce
mirás mi cicatriz
violeta y brillante
y la besás hasta que me doy por vencida
y chupás (chupabas como si quisieras arrancármela de cuajo, como si el mundo se hubiera desnudado y vos, a punto de salvarlo, no supieras hacer otra cosa más que dejarte caer desde la boca)
porque la saliva, decís, es la perversión del hombre
el cuerpo es grande y hermoso
la mujer que fui duerme en su cuna
besá, besá mientras hago el esfuerzo de mirarte en la luz tenue
atravesá con los dedos el cuello del útero, la flacidez, las estrías
lustrame los puntos y contalos, haceme caso, S, hacé todo lo que te digo en nombre del amor,
haceme caso, te lo digo bien,
yo soy la madre
el pan
la vida
el sol quema afuera y todavía no es verano
estamos a salvo de mirarnos a los ojos
(donde el amor es nítido)
pero vos y yo sabemos que el amor
esa cosa invaluable
duele debajo del vientre
curame, S,
tiemblo, S,
mi cicatriz se parece a tu boca.