Tengo que confesar que la primera vez que vi Harry, el fuerte (1973, Ted Post), lo que realmente me impresionó, por encima del carismático personaje de Clint Eastwood, fue el careto y las pintas de chulazo de David Soul. Las filias infantiles son así.
El caso es que, desde ese momento, el uniforme de la policía de tráfico de San Francisco pasó a formar parte de mi lista personal de MUST HAVE subcategoría fetichismos militares varios (pero sin llegar a superar al n.1 4ever: el de la Policía Montada del Canadá). Tendrán que reconocer que con este uniforme cualquiera de nosotr@s estaría arrebatador a lomos de estas motos:
Harry, el fuerte es una película con muchos aciertos (sobre todo estéticos), es entretenida pero... fallida. Y falla porque, en su (necesario para la época pero innecesario para mí) intento de desfascistar a Harry Callahan, tiene que retorcer la trama principal para demostrar que el protagonista es un policía crítico con el Sistema pero dentro del Sistema. Esta declaración de intenciones del personaje se subraya, por si los espectadores menos avispados no lo pillan por el contexto, en esta magistral e inolvidable escena ("Me temo que me han juzgado mal"):
Además, el guión (hijo de ilustres padres: John Milius y Michael Cimino) nos mete con calzador escenas de la vida personal del Harry más "humano", lo que lleva a la película a prolongarse más de 2 horas y a sufrir cambios de ritmo que fastidian el resultado final. Resumiendo: no es tan buena como la primera pero se deja ver y es un poco más bruta, lo cual es de agradecer, sin duda.
Eso sí, la película dejó para la posteridad unos créditos iniciales que, con música de Lalo Schifrin, son ya todo un clásico. Maravillosos:
Además, el guión (hijo de ilustres padres: John Milius y Michael Cimino) nos mete con calzador escenas de la vida personal del Harry más "humano", lo que lleva a la película a prolongarse más de 2 horas y a sufrir cambios de ritmo que fastidian el resultado final. Resumiendo: no es tan buena como la primera pero se deja ver y es un poco más bruta, lo cual es de agradecer, sin duda.
Eso sí, la película dejó para la posteridad unos créditos iniciales que, con música de Lalo Schifrin, son ya todo un clásico. Maravillosos:
Pero bueno, que hoy he venido, sobre todo, a recordar a David Soul vestido de policía de tráfico de San Francisco y a confesarles que es uno de mis ídolos infantiles.
Como homenaje al inmortal Hutch, vaya esta canción de los británicos Mo Solid Gold con un gran tema titulado precisamente David´s Soul. Atentos al videoclip creado a partir del montaje de escenas de la película que recomendamos hoy: Harry, el fuerte.